La pandemia ha impuesto a los Globos de Oro celebrar este domingo su primera gala de modo virtual pero no es lo único que quita la alfombra roja a esta edición de los premios que entrega la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA por sus siglas en inglés). Una investigación del 'Los Ángeles Times' publicada hace justo una semana ha levantado el telón que interesadamente la industria corre casi siempre para tapar los secretos a voces sobre este cuestionado grupo de 87 periodistas internacionales.

Por supuesto en estos Globos no faltan las quinielas, las predicciones, las apuestas. ¿Será este el año en que reine por fin en el palmarés Netflix, que apropiadamente en esta era de confinamientos domina las nominaciones? ¿Ganará 'Mank', 'El juicio de los 7 de Chicago' o 'Nomadland'? ¿Otra corona para 'The Crown' o para 'Ozark', para 'Schitts Creek' o para 'Ted Lasso'? La conversación sobre cine y televisión, no obstante, para muchos ha quedado los últimos días en segundo plano. Y no es para menos.

A través de documentos judiciales y financieros y de más de 50 entrevistas, han quedado expuestos los tejemanejes del grupo de periodistas, que guardan tan fielmente la aceptación de nuevos miembros para no perder su acceso exclusivo a estudios y talents', y que recientemente fueron denunciados por monopolio, acusados de corrupción y de mantener un código de silencio. Aunque la demanda fue desestimada, ha sido renovada con enmiendas y algunos de los propios miembros desearían que hubiera salido adelante. “Somos una organización arcaica. La HFPA necesita presión externa para cambiar”, le decía uno -o una- al diario angelino.

Conflictos éticos y generosos pagos

El retrato ha recordado que no hay periodistas negros entre sus miembros, lo único en lo que la HFPA ha prometido ya hacer propósito de enmienda. Y está lleno de pinceladas conocidas, como los conflictos éticos inherentes a que periodistas ser agasajados por los estudios y publicistas que luego buscan (y consiguen) nominaciones y premios, pero ha sumado otras revelaciones.

En uno de sus intentos por limpiar su reputación en los últimos años la HFPA, que solo en el último año fiscal cobró 27 millones de dólares de su acuerdo con NBC, ha estado donando dinero para promover las artes y el periodismo. Pero también paga generosamente a sus propios miembros (dos millones de dólares en ese último año fiscal) por servir en comités o realizar otras tareas como visionar películas extranjeras. Y expertos en fiscalidad no creen que todos esos pagos sean muy legales, dado que es una organización sin ánimo de lucro.

Este no es ni mucho menos el primer intenso escrutinio de los Globos en sus 78 convulsos años. De 1969 a 1974 el gobierno vetó la retransmisión en NBC por considerar que “engañaban al público sobre cómo se determinan los ganadores". Tras el escándalo en 1982 por el premio a Pia Zadora fácilmente identificable como un “soborno” pagado con una viaje a Las Vegas CBS los abandonó y solo les salvó la llegada del productor Dick Clark.

Pese a la tormenta hay también cierta sensación de inevitabilidad. Prácticamente todas la fuentes del 'Times' han hablado desde el anonimato, temiendo represalias en el caso de los periodistas o para no molestar a la HFPA en el de miembros de la industria. Y como le decía una fuente (anónima) al diario: “si los estudios quisieran matar los Globos de Oro podría hacerlo mañana. Pero a todo el mundo le gusta un premio, y con el dinero y todo lo que viene con una espectáculo de esa magnitud (la tercera gala de premios más vista en EEUU tras los Grammys y los Oscar) es como una bola de nieve que no puedes parar”.

Otra de las preguntas que se plantean ahora es cómo abordarán el escándalo las siempre brillantes Tina Fey y Amy Poehler, forzadas a ejercer separadas, una en cada costa, el rol de maestras de ceremonias. Es casi seguro que lo harán, y con su afilado humor. Ya cuando presentaron en 2013 usaron una broma recurrente confundiendo las siglas de la HFPA con las del virus del papiloma humano. Y con su socarronería, una impávida Poehler declaró: “La HFPA puede llevar al cáncer cervical”.