La película de la que más y mejor se está hablando en los últimos días en la Berlinale no aspira al Oso de Oro ni incluye grandes nombres en su reparto -de hecho, ningún humano aparece en ella-; sus protagonistas, en cambio, son una marrana y sus lechones, un puñado de gallinas y unas vacas. Se trata del nuevo trabajo del ruso Victor Kossakovsky, 'Gunda', y captura una colección de pequeños momentos en las vidas de unos animales a los que solemos considerar simplemente alimento con el fin de recordarnos que en realidad son seres vivos y sensibles. Y lo hace tan convincentemente que el actor Joaquin Phoenix -quizá, el vegano más famoso del mundo- ha decidido prestar su fama al proyecto sumándose a él en calidad de productor ejecutivo.

Rodada en granjas en Noruega, Gran Bretaña y España, la película contempla a sus personajes registrando su entorno y penetrando en sus rituales cotidianos: vemos a los cochinillos peleándose por la posición a la hora beber la leche materna o a la de dormir la siesta; a un pollo de una sola pata que se adentra en el campo; al ganado que mira a la cámara, quizá señalando responsabilidades. Aunque rodadas sin un ápice de sentimentalismo, esas y otras escenas resultan intensamente conmovedoras -especialmente su devastador clímax-; aquellos de sus espectadores habituados a comer carne que tras verla no se sientan un poco más culpables deberían hacérselo mirar.