La iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir de Valencia ha culminado después de tres años su restauración arquitectónica y pictórico-ornamental, la más importante hasta la fecha en el ámbito internacional por su magnitud y por las técnicas empleadas; incluso la superficie pictórica restaurada (1.904 metros cuadrados) es más grande que la de la Capilla Sixtina (800 metros cuadrados).

La restauración, con un presupuesto de 4,7 millones de euros, ha sido llevada a cabo por la Universitat Politècnica de València y el Arzobispado de la ciudad, con la colaboración y la financiación de la Fundación que lleva el nombre de su presidenta, Hortensia Herrero, vicepresidenta de Mercadona y esposa de Juan Roig, quien preside la compañía. Esta entidad nació en 2012 con el objetivo de recuperar, desarrollar y compartir la sensibilidad artística y cultural de la Comunitat Valenciana.

Ha sido dirigida por el arquitecto Carlos Campos y Pilar Roig, catedrática e investigadora del Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universitat Politècnica de València, con la participación de más de 100 profesionales. Se ha contado también con el asesoramiento de Gianluigi Colalucci, restaurador de los frescos de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina.

La iglesia de San Nicolás es una joya arquitectónica encuadrada en pleno centro histórico de Valencia, ejemplo de la convivencia del estilo gótico y barroco. De entre la decoración barroca, destacan por su amplitud y colorido las pinturas murales realizadas por Dionisio Vidal, discípulo de Antonio Palomino.

Junto a las pinturas de la nave, se han restaurado las capillas, las fachadas y las vidrieras, aplicando los últimos avances tecnológicos en el campo de la restauración y tecnologías especiales de limpieza de pinturas murales con láser.