Vivir la música con intensidad, llevarla a la calle y llamar a la participación. Ese objetivo es el que perseguía la cuarta edición consecutiva del Maig di Gras, y tras la jornada de ayer podría concluirse que la misión está cumplida sobradamente, a tenor de la gran cantidad de público asistente.

El mejor pulso del éxito lo dieron los tres pasacalles organizados, que ofrecieron una imagen inmejorable de ese propósito pretendido por los organizadores, la asociación Soul Explosion, «democratizar la música y la cultura, hacerla totalmente accesible para todos, y hacerlo en las calles y las plazas de las ciudades». Y Burriana lo hizo posible en una segunda jornada del certamen que ofreció doce horas consecutivas de conciertos y actividades de naturaleza diversa, pero todas relacionadas con la música.

LOS PASACALLES / Parece reconocido por todos que el punto diferencial del Maig di Gras respecto de otras iniciativas similares, lo ofrecieron los pasacalles prácticamente consecutivos que, a pesar de la amenaza de lluvia, se desarrollaron no solo con normalidad, sino con multitudinaria respuesta, por lo que podría considerarse un doble logro.

Lo que no sabían los asistentes es lo que les esperaba al finalizar este recorrido por las calles de la ciudad. Y es que las tres brass bands --Les Fanflures, Broken Brothers y Balkan Paradise Orchestra-- se unieron en un colofón apoteósico que hizo bailar incluso a los más reticentes.

Y si la música tomó las calles, tampoco faltó en los escenarios, su medio natural. En la plaza Mayor también estuvieron Broken Brothers y los franceses Les Fanflures, o la sesión de Sr. Lobezno. Y es que el festival prometía variedad de estilos y está cumpliendo, como demostrarán hoy los alumnos y profesores de The Session Centre de Música Moderna, representantes del CMA Rafel Martí de Viciana, la Banda Jove de la Agrupació Filharmònica Borrianenca, la Borriana Big Band.

Y todo conjugado con talleres y actividades que llenaron de musicalidad el centro urbano.