A Isabel Torres, a quien el hecho de nacer hombre no le supuso un impedimento para ser mujer, un cáncer diagnosticado durante el rodaje no le iba a chafar sus planes de interpretar a La Veneno en la serie de Los Javis. Por eso siguió, con el cuerpo dolorido y el ánimo muy firme, hasta el final. Y es que sabe lo necesaria que es Veneno para romper tabús sobre las trans, colectivo al que pertenece. Este domingo, Atresplayer Premium emite el último capítulo, y, visto el éxito, Antena 3 (22.00), los dos primeros. Va a ser un pelotazo, vaticina.

Llega el final de Veneno. ¿Se le escapará alguna lagrimita?

Estamos todas con las emociones a flor de piel, porque ha sido una experiencia muy bonita. Y es el comienzo de algo maravilloso, yo creo.

Para usted ha sido una gran oportunidad.

Ha sido un regalo enorme que la vida me ha traído en un momento complicado de mi vida con la enfermedad. Lo estamos digeriendo de una forma lo mejor posible. Y esperando a que este domingo la pongan en abierto, en Antna 3, porque va a ser un pelotazo. Es que es tan necesaria... Necesitamos que el máximo número de gente posible la vea, para que entienda muchas cosas.

Porque, aparte de contar la historia de La Veneno, visibiliza una realidad que no se conoce del todo.

Exactamente. Se ha visto siempre con mucho tabú el tema de la transexualidad, envolviéndola en la prostitución. Que se vea por qué llegan ahí mis compañeras. Por la familia, por no entenderlas, por la no aceptación por muchos motivos que en la serie quedan muy reflejados.

Usted le da vida en la etapa del declive. Debe de haber sido muy duro revivir lo que ella pasó.

Es muy duro. Porque meterte en esta piel es complicado como mujer. Ha sido muy difícil. Sobre todo por las ganas que tiene una de transmitir y de que la gente entienda cuál ha sido nuestro camino, nuestra transición. Porque todas hemos tenido algo parecido a la vida de La Veneno. Todas hemos pasado por un proceso.

¿Y cómo ha sido trabajar bajo la dirección de Los Javis?

Trabajar con ellos es una maravilla del universo. Ha sido lo mejor que me ha podido pasar. Conocerlos, trabajar con ellos. Tienen unas ideas maravillosas y todo lo que sacan es oro. A la vista está: Paquita Salas, La llamada y ahora Veneno.

Se lo tomó muy en serio. Se sometió a un proceso para ponerse kilos.

Sí. Tuve que engordar 25, con una nutricionista que me hacía comer seis veces, y me corté el pelo. También tuve que hablar como si fuera de Almería, cuando yo soy canaria, y tú sabes cómo es nuestro acento de peculiar. Hablar como Cristina fue un reto. Pero ha salido una cosa muy creíble, algo que no llegará a rozar la copia ni la caricatura, y la gente conectará con esa parte de Cristina que no conocía.

Y, encima, en medio del rodaje, le diagnostican un cáncer.

Sí, fue en marzo. Luego vino el confinamiento. Me cogí ese momento también para descansar y recuperarme, porque había sido muy duro. Con la metástasis en los huesos, que duele muchísimo, y con líquido en el pulmón era muy duro rodar, mucho. Pero mantuve el tipo.

¿Le pudo la profesionalidad?

Es que podía haber dejado la serie. Cualquiera se mete en su mundo porque está mala. Pero cómo iba a dejar yo esta serie tan necesaria, que a todo el mundo le ayuda y va a suponer un antes y un después en el mundo de la tel?e Aparte de todas las familias que estaban detrás, porque había mucha gente trabajando en ella. Al final ha sido maravilloso porque el equipo se ha portado muy bien conmigo.

Se le ve coqueta, pero en la serie aparece irreconocible.

Una de las mejores profesionales de las prótesis de España, que hace para películas de Estados Unidos y todo, me colocó dos: una para la parte inferior, pasa sacarme el labio muy de La Veneno, y luego los dientes que se puso al final, que eran muy grandes, y quedó superbién. Esto esto unido a mi bajada de peso, todo cuadró. Al principio gordita, cuando salió de la cárcel, y luego en la presentación del libro, en el capítulo 7, delgita, como estaba ella. La Veneno me poseyó en ese momento.

Veneno es un icono, pero ¿también podía ser una diva insoportable?

Creo que era una persona maltratada injustamente por la vida. No mostraba su momento vulnerable. Casi todas las personas que se portan de una manera tan histriónica esconden una inseguridad muy grande y una falta de afecto terrible. Yo he aprendido a amarla a través de su dolor y sus heridas. Fue conocer el personaje, meterme dentro de su piel y saber que no fue fácil para ella no tener el cariño de su madre. Su hermana Trini, que es lesbian, me mandó una mensaje superbonito, para felicitarme por lo bien que había hecho el papel. Decía: "Soy la hermana de Joselito, La Veneno. Quería decirte que una maravilla como actriz, que me he emocionado, que yo he visto a mi hermana.". Has sido el momentazo del día, aparte de las 30.000 entrevistas que he hecho, que voy a quedar exhausta.

Usted también ha tenido momentos icónicos en su biografía. La primer mujer trans Reina del Carnaval. Y la primera en tener DNI.

En Canarias creé jurisprudencia con esto. Luego salí en Interviú. Y he sido tertuliana durante muchos años y presentadora de radio y televisión. Llevo 10 años dedicándome profesionalmente a esto. He trabajado en cortos, medios y largometrajes y ahora me llegó la oportunidad maravillosa de la serie Veneno, que no podía dejar pasar....

Demostrado está que es luchadora. ¿En qué estado se encuentra su enfermedad?

He respondido muy bien al tratamiento. Y los médicos están alucinados porque en solo ocho meses mi enfermedad prácticamente ha remitido y solo me quedan un par de células que me van a radioterapear. Estamos todos muy contentos. También está la actitud que le he echado.

Desde luego, la he visto decir en un vídeo decir que lo único bueno de su enfermedad era que tenía un tipín.

He sido muy positiva. Lo que me quede por vivir lo voy a vivir bien. Y pido perdón a todas las personas a las que he podido ofender. He tenido momentos muy bonitos. La enfermedad, junto con el éxito, es algo que me ha puesto Dios en el camino para aprender algo. Y aquí estoy: aprendiendo.