Nuria Enguita (Madrid, 1967) se puso este jueves al frente del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y rompió con muchos años en los que ninguna mujer había tomado las riendas de uno de los grandes museos españoles. De hecho, ella será la única ahora mismo. Aunque la categoría de gran museo sea siempre discutible, solo hay hombres en el repaso de los máximos responsables de las grandes pinacotecas españolas, del Prado al Reina Sofía pasando por el Thyssen en Madrid, el MACBA y el MNAC en Barcelona, el Gugghenheim en Bilbao o el MUSAC en León.

"Me di cuenta ayer que voy a ser la única", apuntó Enguita, y admitió que no puede ser casualidad. "Hay factores escondidos en los que hay que trabajar porque la consideración de las mujeres tanto en el arte como en la sociedad no está como debería estar", afirmó.

Techo de cristal

Enguita presentó su proyecto en la Sala Carmen Alborch y fue la exministra de cultura quien abrió la primera brecha en ese techo de cristal en 1988 al ponerse al frente de este mismo museo. Dos años después, María del Corral fue nombrada directora del Reina Sofía pero lo que parecía una tendencia se frenó de golpe. Aun así, Enguita cree que "las cosas han cambiado mucho desde aquel momento". Hubo una segunda tanda de nombramientos en el 2004, el de Consuelo Císcar en el IVAM y el de Ana Martínez de Aguilar en el Reina Sofía, aunque con finales tan polémicos que tienen a la primera en los juzgados.

Pero la nueva jefa del IVAM hizo referencia sobre todo a entidades privadas o a un segundo escalón. Ella misma fue directora de la Fundació Tàpies; también Fátima Sánchez está al frente del Centro Botín (aunque Benjamin Weil es el director artístico); Maite Ocaña estuvo al frente del Museo Nacional de Arte de Cataluña entre 2006 y 2011; Valme Muñoz está al frente del potente Bellas Artes de Sevilla; e Inma Prieto dirige el mallorquín Es Baluard, que solo ha tenido directoras.

Concursos

Enguita subrayó que la elección por concursos públicos "es un paso, porque el acceso es igual para hombres y para mujeres". La comisión que eligió su proyecto incluía, entre otros, a Vicent Todolí, del equipo fundacional del IVAM y exdirector de la Tate Modern de Londres, Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, Iwona Blazwick, de la Whitechapel Gallery de Londres, o Bernard Blistène, del Pompidou de París.

El 'conseller' de Cultura Vicent Marzà recalcó que "la igualdad de oportunidades" que supone y la "buenísima valoración" que se hizo del proyecto de Enguita hacen que el resultado sea positivo "más allá del número de candidatos", que solo fueron dos.

Antes y ahora

Enguita ya estuvo en el IVAM en sus primeros años, cuando, tal y como recordó Marzà, "fue no solo reconocido sino referenciado a nivel internacional". El museo vive aún hoy en parte de aquella fama de rupturista que su nueva directora quiere recuperar sin volver atrás para que esté "entre iguales con los mejores".

"No se puede volver a ningún lugar, ni bueno ni malo. La persona que salió de aquí hace 22 años no es la que entra y el museo tampoco. Ha tenido una historia compleja, no como la de todos, algo más difícil. Aquel era un museo del siglo XX en una etapa posdictatorial y todo se estaba haciendo", reflexionó. "Se trata de aprender de un potencial utópico que había. Ahora es más difícil pero recuperarlo es lo que me interesa", apuntó.

Por eso, mientras se da respuesta a una crisis sin precedentes que obliga a museos "más porosos", Enguita apuesta por "potenciar el carácter experimental" de un centro "entre lo moderno y lo contemporáneo", por incidir en el trabajo con la historia "porque una obra ocurre en un tiempo y en un lugar", por una colección propia "que abarca un siglo y es una de las más importantes del estado", por la cultura popular "que tiene un potencial absoluto y ha quedado fuera del arte" y por los feminismos. Porque lo suyo no puede ser casualidad.