Está considerado como uno de los mejores pianistas del mundo. Cinco años después de su primera actuación en Castellón (2013) regresa a la capital de la Plana, dentro del ciclo de conciertos de la Sociedad Filarmónica. El pianista croata Ivo Polorelich ofrece el próximo 6 de junio un recital en el Auditori i Palau de Congresos, en una de las citas estrella para los melómanos.

El bello Ivo, como es conocido, intepretará obras de Clementi, Haydn, Beethoven, Chopin, Listz y Ravel. Durante su comparecencia el 24 de octubre de 2013 ofreció también un repertorio de obras de Chopin y Listz, y que se convirtió aquel año en una de las audiciones históricas de música clásica en Castellón en el que era el concierto número de 1157 de la Sociedad Filarmónica.

Desde su salto a la fama, Pogorelich ha sido un artista diferente. Su salto a los medios no se produjo al ganar un concurso, sino, precisamente, por no hacerlo, cuando durante un certamen de piano en la todavía Varsovia comunista, en 1980, fue descalificado y la legendaria pianista Marta Argerich dimitió de la junta de jueces y lo calificó de genio. Además de su faceta interpretativa, en 1986, Pogorelich estableció una fundación en Croacia para dar ayuda a jóvenes artistas a que realicen sus carreras.

Desde 1989, el Festival Ivo Pogorelich organizado en Bad Worishofen da la oportunidad a jóvenes artistas para poder llegar a ser reconocidos.

En diciembre de 1993, Pogorelich organizó el Concurso Internacional de Piano que lleva su nombre, cuya misión es ayudar a jóvenes músicos a desarrollar su carrera. El primer premio en la única edición que se ha celebrado fue de 100.000 dólares, con lo que es hasta la fecha el concurso musical mejor dotado económicamente del mundo.

EL ‘DRAMA’ DE SARAJEVO // En 1994 creó otra fundación que organizaba conciertos. El dinero de dichas actuaciones iba destinado a donar ayuda médica a la gente de Sarajevo y a construir un hospital. Ivo Pogorelich ha dado varios conciertos de caridad para ayudar a la reconstrucción de la misma ciudad, para ayudar a la Cruz Roja y para la lucha contra enfermedades como el cáncer.

En 1988 fue nombrado Embajador de buena voluntad por la Unesco. Y es que a la maestría musical de Pogorelich se unen sus valores humanos y de solidaridad con los más desfavorecidos en una lección de generosidad y ayuda a los más débiles.