Verbatim. Palabra a palabra. Teatro documental con Jauría, de Jordi Casanovas. Hoy, en el Teatro Municipal de Benicàssim (19.00 horas). Basada en el famoso juicio a la Manada por violación en los Sanfermines de 2016. La obra no pretende hacer literatura. Aspira a dar una lección a nuestros corazones mostrándonos en cuerpos y voces la realidad, lo sucedido en Pamplona, recreado con inteligente sobriedad.

Lo que se relata durante la obra es una transcripción de las declaraciones tanto de la víctima como de los acusados, sin modificación alguna. El dolor en el relato de la víctima es demoledor.

Un trabajo agónico y sacrificado por parte de María Hervás que, con el apoyo y la dirección de Miguel del Arco, logra conmover a todos los presentes. Los intérpretes de la Manada también imitan a la perfección esa actitud zafia de los acusados que relatan hasta aquellos mensajes de Whatsapp que se filtraron después del crimen. Lo más cruel de la mente humana, lo más abyecto, lo más inimaginable de cerdos obscenos que revientan a una mujer.

Y ellos son los que también interpretan a los jueces cambiando las camisetas por las togas y mostrando un panorama imponente para cualquiera —no digamos ya a una chica de veinte años— dividido entre dos mundos: la lenta y masculina justicia frente a un rumor a lo lejos de protestas feministas en las calles, como un halo de esperanza.

RELATO DEL MIEDO // Como una segunda violación, asistimos a una sucesión de preguntas incisivas que tratan de culpabilizar más a la víctima que a los agresores. El miedo que atenaza a la joven en su declaración inunda la sala por completo y uno sólo puede contemplar impotente como la defensa de la Manada, como una jauría, se aprovecha de esta debilidad.

Descargar el odio sobre estos cinco tipos es inútil si no se comprende el carácter sistémico del problema que afronta la sociedad. Algo que los adolescentes parecen tener muy claro, pues la compañía, tras haber hecho funciones en institutos como proyecto pedagógico, ha comprobado que lo tienen muy asumido. Uno de ellos incluso dijo: «El feminismo no se tendría que explicar, es de sentido común».

Junto a la citada Hervás, mártir y víctima, mujer (y, por tanto, heroína), cabe resaltar la magistral intervención de Fran Cantos, Álex García, Ignacio Mateos, Raúl Prieto y Martiño Rivas.