Delicatessen para el Auditori Leopoldo Peñarroja de la Vall d’Uixó. El próximo domingo, 19 de mayo, a las 19.00 horas, Rafael Álvarez El Brujo, un monólogo aparentemente espontáneo en el que desvela los entresijos no sólo de su oficio como actor y dramaturgo, sino que abunda en episodios de la propia vida para ofrecer una perspectiva privilegiada de la construcción de un espectáculo de artes escénicas.

Lujo teatral en la Vall con un montaje que comienza con una silla, sobre la que reposa un libro, y un foco iluminando la escena. Detrás, un telón, y entre este y el filo del escenario, apenas un par de metros. Entonces aparece El Brujo entre bastidores, sonriente, como quien pasaba por allí, y se queja de los pocos medios con que debe levantar su obra.

Esa es la metáfora de Cómico: la desnudez de las líneas maestras de cualquier idea, previa a su vestidura intelectual. Y si se quiere, el vértigo de la creación.

Y El Brujo hace fácil su trabajo a los ojos del espectador, como si improvisara en todo momento. Su talante es natural y afable. Y, sin embargo, es capaz, en momentos destacados del espectáculo, de declamar unos versos de Santa Teresa de Jesús o de Quevedo, proyectando la voz con la gravedad de los grandes actores dramáticos, para segundos después gesticular, como fuera de sí, enhebrándose en la máscara de la tradición mímica.

PEDAGOGÍA TEATRAL // El teatro de El Brujo se caracteriza por ser ilustrado y pedagógico. Trata de acercar los textos clásicos al público y descubrir sus tesoros escondidos. En este caso, además, pretende dar la vuelta al tapiz de su manera de entender el teatro y mostrar lo que le da forma.

El Brujo enseña, aunque no termina de descubrirse del todo, como un telón que se abriera sólo a medias. Los comentarios sobre la actualidad y las anécdotas de su infancia y su vida privada se mezclan con la lectura dramatizada y sarcástica de textos clásicos, pero apenas hay rastro de esa destilación del oficio de cómico que anuncia el título de la obra, salvo por la exigüidad escénica.

El Brujo es un maestro, en el amplio sentido de la palabra, y como tal brinda un gran regalo a su público. Imparte una gran lección de, y sobre teatro. H