Con una carrera tan precoz e implacable, Jorge Blass nunca había podido parar de verdad hasta que llegó la pandemia. «A nivel creativo, ha sido muy interesante porque he tenido tiempo, algo que nunca tengo, y he podido generar propuestas con las que estoy muy contento, como la magia on line», subraya el ilusionista, que ha regresado a los escenarios. El Auditorio de la Vall d’Uixó recibe a Blass con su nuevo espectáculo Magia, el próximo sábado 24 a las 20.00 horas. En vivo y en directo, como realmente le gusta a él.

Sucederán efectos imposibles y visualmente espectaculares, con apariciones, desapariciones, levitaciones increíbles y magia interactiva en la que el público es el protagonista. Todo ello envuelto en un halo de misterio y una cuidada estética que consigue que los espectadores, ávidos de ilusiones vuelvan a soñar frente a estos tiempos grisáceos.

La estrella de la magia americana David Copperfield dijo en su día que «Jorge Blass eleva el arte de la magia a otro nivel». Y es que el mago ofrece una extraordinaria forma de hacer magia para alucinar con trucos para los que utiliza tecnología del siglo XXI.

Pero Blass no ha dejado huérfanos a sus seguidores durante estos meses de pandemia. Ha llevado el ilusionismo a las casas de sus seguidores con un show on line que ha realizado desde su taller, decorado con recuerdos, fotografías, premios y objetos mágicos de estos últimos 40 años, y que podría ser perfectamente un museo.

De cancelación en cancelación. Así han sido estos últimos meses en los que el sector de la magia y la cultura en general se ha visto muy resentido por culpa de la crisis del coronavirus. «La cultura es la peor parada siempre en estos casos y muchas veces se ve como una cosa de tercer orden», lamenta Blass, mientras hace alarde de La varita mágica de Oro, uno de los premios más importantes en el mundo de la magia en todo el mundo y que ganó en Montecarlo en 1996.

A LLENAR TEATROS

Tras unos primeros escarceos teatrales en forma semipresencial en Madrid, Blass se ha lanzado de nuevo a llenar teatros, siempre con las medidas establecidas por las autoridades sanitarias ante la crisis sanitaria del coronavirus.

Y es que Blass considera que la magia tiene efectos terapéuticos y con solo decir la palabra Abracadabra, inmortal, dejà vu y maravillosa, se abren las puertas de lo desconocido, lo desafiante, lo inverosímil. Un mundo de espejismos y fuegos fatuos, que tanto necesita ahora un público todavía un tanto desconcertado ante una realidad distópica y sufriente.