Banda icónica de los 80, David Summers, Rafael Muñoz, Daniel Mezquita y Francisco Javier de Molina resucitan el próximo sábado en la plaza de toros de Castelló. Los incombustibles Hombres G presentan en el coso taurino su último álbum, que ha llevado a la mítica banda madrileña a recorrer EEUU y México.

--¿Por qué sentíais que necesitabais llamar ‘Resurrección’ a vuestro último disco? ¿Es en cierto modo un recado hacia cierta prensa que os ha dado por amortizados antes de tiempo?

-No, es el título de una de las canciones más especiales del disco. Realmente es una canción de amor, no nos sentimos muertos para nada, todo lo contrario. Pasamos bastante de este tipo de prensa a la que te refieres, no les mandamos recados...

--Parece ser que teníais unas 40 canciones ya compuestas, de entre las que seleccionasteis las 11 que finalmente hay en el disco. ¿Fue complicada la criba?

-El trabajo de selección de las canciones ha sido más duro y exigente que nunca, es verdad. Nos vemos obligados a intentar hacer el mejor disco posible, son muchos años ya trabajando y no nos conformamos fácilmente. Queremos dar lo mejor a nuestro público y no nos importa invertir tiempo y trabajo para conseguirlo. Se han quedado temas muy buenos fuera que tendrán salida en próximos proyectos... O no, no lo sé. De todas formas, siempre que se ha podido por tiempo, he escrito más canciones de las que necesitamos, para poder elegir las mejores. En este disco hay canciones escritas desde el 2014 al 2019, con una consecuente mezcla de emociones muy interesante.

--Habéis ido de gira hace poco por EEUU y México. ¿Cómo os acoge el público allí?

-Desde hace unos años son nuestros mejores mercados. Se están cumpliendo sueños que nunca habíamos tenido: tocar y hacer sold out en el Staples Center o el Hollywood Bowl en Los Ángeles, en el Radio City de New York. Jamás lo hubiéramos imaginado.México es nuestra segunda casa desde hace más de 30 años. Tocamos en recintos para 30.000 personas, y vamos casi todos los años. Es increíble, la verdad.

--¿Hay algún secreto para que una banda como vosotros perdure tanto y con la misma formación durante tantos años y tantas fases vitales distintas?

-No lo sé, para nosotros resulta muy fácil. Somos buenos amigos y nos cuidamos y queremos mucho. Cada uno sabe cual es su papel, pero todo lo decidimos juntos y todo lo compartimos. En el escenario somos felices, lo pasamos bien actuando.

--¿Os podíais imaginar que más de tres décadas después aún estaríais en la brecha y llenando grandes recintos?

-No, ni siquiera pensábamos en eso. Cada día damos gracias por lo que la suerte, el trabajo y el cariño del público nos han regalado y siguen haciéndolo. Mantenemos siempre la ilusión y las ganas. Cuando perdamos eso, todo habrá acabado. Pero aún nos queda cuerda para rato.

--¿Cómo se siente uno cuando comprueba que el poder de convocatoria de la banda no ha mermado, y que incluso podéis compartir giras con bandas de músicos que, por edad, podrían ser vuestros hijos?

-Se siente uno un poco viejo... Es broma. Nos sentimos felices de ver a gente tan joven cantando nuestras canciones, que tienen mas años que ellos. Es inimaginable, como casi todo lo que nos pasa, pero también hemos hecho una gira de dos años por toda América con Enanitos Verdes, tremendo grupo argentino de nuestra generación que ha sido realmente espectacular. Nos encanta compartir escenario con jóvenes y no tan jóvenes, el único requisito es que tengamos buen rollo y canciones preciosas.