Un alegato a favor de la libertad de expresión. Una querencia en forma teatral a las vivencias de un pasado. Teatro «para ser escuchado». Es lo que propone Sergio Peris-Mencheta, en A voz en cuello, el martes en el Teatre del Raval (20.00 horas) dentro del Reclam, actorazo (amén de guapo y mazado, aunque ya es lo de menos cuando su fuerza interpretativa arrasa sobre el escenario). Un año después de su última comparecencia en la capital de la Plana, con Lluvia constante, regresa con textos de Benedetti y acompañado de Marta Solaz. Y lo hace «regresando a mis raíces... y a comer un arrocito». Hace 20 años era Dani Daroca en Al salir de clase. Ahora, y sin la patina de vanidades y egos superstar (aportación directa de saber trabajar en equipo derivada de sus años de rugbier), habla para el diario Mediterráneo. Cordial, vehemente, muy ilusionado y realista. Y consciente de las durezas del noble oficio de actor.

--¿Qué nos propone con ‘A voz en cuello’ en el Paranimf?

--Es un relato de Mario Benedetti, incluido dentro de su obra El porvenir de mi pasado. Es un recorrido a través de la emisión de 10 programas nocturnos de radio. Desde la intimidad y la nocturnidad que se respira en el estudio de radio. Son palabras, que tal vez solo se pueden decir por la noche, pero trascienden, que dejan su impronta. Y, sobre todo, es un canto a la libertad de expresión. A la necesidad de comunicación de las personas. Comunicarse.

--Hace un año estaba en Castellón en el Paranimf con ‘Lluvia constante’. ¿Alguna similitud?

--Son obras totalmente diferentes, aunque sí hay un punto en común, la imaginación, el dar rienda suelta a nuestros sentimientos, a nuestras lealtades, a las contradicciones e incoherencias. Una imaginación que es muy necesaria para que fluya el teatro, para que fluya la vida.

--¿Qué queda de ‘Al salir de clase’? ¿Ha crecido como actor?

--Es una serie que recuerdo con mucho cariño. Hace 20 años. Eramos guapos, adolescentes y rebeldes. Espero haber crecido. La televisión es una plataforma enorme, pero tienes que progresar. Hay que trabajar. Hay que seguir avanzando. Y eso es lo que he hecho yo en estos últimos veinte años. Hacer del teatro mi profesión queriendo alcanzar la calidad y, a la vez, la excelencia.

--’Rugbier’ empedernido, ¿qué le ha aportado el rugby a su carrera actoral?

--Fundamentalmente el aprender a trabajar en equipo. El rugby es el gran deporte en equipo. Nadie destaca uno por encima de otro. Y el teatro tiene que ser trabajo en equipo... como la vida.

--¿Qué significa para usted volver a Castellón?

--Mucho. La Comunitat Valenciana son mis raíces. Donde estudié, donde he pasado largas temporadas. Es un lugar donde me encuentro muy bien. Valencia, Crevillente, Castellón... Con mi familia, con amigos. Me apetece estar y actuar en Castellón otra vez... y antes tomar un arrocito, aunque sin pasarme, claro.

--¿Y tras ‘A voz en cuello’, qué?

--Me voy cinco meses a Estados Unidos para seguir rodando la serie Snowfall de la cadena HBO sobre la epidemia de crack en Los Ángeles de los años 80 que cambió la idiosincrasia de varias ciudades de EEUU. Interpreto a Gustavo Zapata, un pequeño narcotraficante mexicano. Una serie es hacer cine para televisión, y eso me gusta. Volveré a España en septiembre del 2018 donde estrenaré en Murcia ¿Quien es el señor Smith?, una comedia dramática con un desenlace sorprendente. Y, sobre todo, trabajar y trabajar. Hacer teatro, mucho teatro, que es lo que me apasiona. //