Joseph Haydn es uno de los compositores más representativos del Clasicismo vienés conocido familiarmente como el padre de la sinfonía gracias a sus importantes contribuciones al género. En la época de su muerte era uno de los compositores más célebres de toda Europa.

Entre 1761 y 1790 trabajó en la corte de los Esterházy, la familia más rica e influyente de la nobleza húngara y, durante muchos años, importante mecenas de la cultura y las artes. De hecho, durante los años al servicio de los Esterházy, Haydn compuso una importante colección de sinfonías, que solían ser interpretadas por la orquesta de la corte en los salones de palacio. Como miembro del servicio de la familia Esterházy, Haydn vestía librea y seguía a la familia cuando se trasladaban a sus palacios, el más importante de ellos era el ancestral Castillo Esterházy en Eisenstadt y después el Eszterháza, un gran palacio construido en la década de 1760 en Hungría.

Los Esterházy eran amantes y conocedores de la música y dieron a Haydn todo el apoyo que necesitaba para su labor, incluso su propia pequeña orquesta. Empezó a trabajar para el príncipe Pál Antal Esterházy en 1762 y, muerto éste en 1763, sirvió a su hermano Nicolás Esterházy, llamado el magnífico, durante casi treinta años. En su nuevo cargo Haydn tuvo una gran responsabilidad que consistía en componer música para cada ocasión, dirigir la orquesta, interpretar música de cámara con miembros de la orquesta y también de la familia, así como organizar el montaje de óperas (presentaba todas las semanas dos óperas y dos conciertos, además de las obras especiales para los visitantes destacados y conciertos de música de cámara diarios en los que el propio príncipe tocaba un inusual instrumento de cuerdas conocido como baritón, para el cual Haydn escribió numerosos tríos). A pesar del intenso trabajo Haydn se consideró un hombre afortunado.

Transcurrieron casi 30 años en los que Haydn trabajó en este cargo y en los que compuso un sinfín de obras. A lo largo de este tiempo su estilo fue desarrollándose y su popularidad fue creciendo. Con el tiempo llegó a componer tantas obras para su publicación como para los Esterházy. Obras tan importantes como sus Sinfonías de París (1785-1786) o Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz (1786) fueron compuestas en aquellos años.

La Orquesta Barroca del Conservatorio Superior de Castellón, dirigida por Ángel Sampedro, interpretará el miércoles, día 28 de marzo, un concierto con dos de aquellas imponentes sinfonías, transportando al público a los lujosos salones del Palacio Esterházy, dentro del ciclo Los indispensables de San Miguel, en la Sala San Miguel de la Fundación Caja Castelló. (ANTIGUA IGLESIA de SAN MIGUEL EN LA CALLE ENMEDIO).