La polifacética actriz, productora y directora Blanca Portillo aterriza este lunes por la tarde (18.00 horas) en el Teatro Principal de Castelló para dar vida a Clarissa Dalloway en esta representación basada en la novela Mrs. Dalloway, estrenada en marzo del año pasado coincidiendo con el 78º aniversario de la muerte de la autora de la publicación original, Virginia Woolf.

Tras ser aplazada por la pandemia, los espectadores que se acerquen este lunes festivo al coso de la plaza La Paz podrán ser testigos de un recorrido de 24 horas en la vida de esta mujer, desde que se levanta y comienza a preparar una fiesta para su marido, hasta el momento de esa celebración, por la noche. Un recorrido, en una Londres de entreguerras de principios del siglo XX, que viene marcado por las horas que toca la campana del reloj del Big Ben, por el tiempo que va pasando y que lleva a Clarissa a ir atrás y adelante en el tiempo de su vida a través de flashbacks y elipsis en la narración.

Según explica la directora de la obra, la valenciana Carme Portaceli, el flujo de la conciencia de la protagonista --«la conciencia sobre su vida, sus decisiones»-- llega en el mismo instante en que abre la ventana de ese maravilloso día de primavera en el que prepara una gran fiesta. Para dar profundidad al personaje, la escritora recurre en la novela a la construcción de unas memorias, hoy utilizadas en las series y algunos guiones. «Todo ocurre en un solo día, dando la sensación de estar viviendo la trama en tiempo real», comenta.

Sociedad cambiante

Diversos personajes que formaron parte de su vida acudirán hoy a su memoria y, después, a su casa para el ágape. La obra va entrando y saliendo de su mente llevando al espectador a la construcción de una sociedad que «está despertando a un mundo nuevo que, al mismo tiempo, está siendo destruido».

La directora se ha permitido pequeñas adaptaciones en personajes y situaciones la novela de Woolf, escrita en 1925, que sigue manteniendo toda la vigencia porque «sigue habiendo miles de mujeres que no trabajan, sobre todo tras una crisis que se ha cebado con ellas, y se sigue viendo a la mujer en su papel de cuidadora mientras son los maridos los importantes», constata. De hecho, el feminismo, el mercantilismo, la bisexualidad, el vacío existencial o el suicidio son algunos de los temas sobre los que reflexiona encima del escenario Mrs. Dalloway.

Portillo asegura que, aunque el 90% de los espectadores no conoce la novela, «no se nota que es antigua», ya que lo que se dice es «absolutamente intemporal». «El lenguaje es elevado y poético porque el propio personaje busca la belleza, como deberíamos hacer todos hasta en el horror», recalca.