Se llama Coster-Waldau, Nikolaj Coster-Waldau, pero estos días se le ha llamado más en Sitges por otro nombre: Jaime Lannister, el de su personaje en 'Juego de tronos'. Algo que no molesta al veterano actor danés, pero que es fácil entrever tampoco apasiona. "Estos últimos años, hice dos películas entre cada temporada de la serie", explica ante un reducido grupo de periodistas. "Y trabajé mucho más tiempo en cada una de ellas. Lo mejor de haber estado en un fenómeno así es que sirve para que proyectos pequeños se hagan realidad más fácilmente".

Su presencia ayudó a financiar, por ejemplo, 'Suicide tourist', la película dirigida por Jonas Alexander Arnby ('Cuando despierta la bestia') que el viernes dio lustre a la sección competitiva del festival. Un drama de ciertos aromas noir y fugas oníricas sobre Max, investigador de seguros que, a la búsqueda de un hombre desaparecido, descubre un misterioso hotel donde los huéspedes pueden hacer realidad sus fantasías de suicidio. ¿Y si ese lugar fuera la respuesta a su propia crisis personal?

La película rebosa una melancolía muy nórdica, y muestra a un Coster-Waldau más contenido que el de 'Juego de tronos'. "Cada proyecto es diferente", dice el actor. "Más expresivo o más sutil, cada personaje tiene sus desafíos. Yo he disfrutado haciendo de Max. Es fácil entenderle cuando has vivido un poco. Si has llegado a los 50, seguramente hayas pasado también por alguna crisis importante. No me libro de eso".

Para su director, 'Suicide tourist' no es una película, en realidad, sobre el suicidio, aunque este aparezca en el título: "Es una película sobre el existencialismo. Hay quien se queja por la ambigüedad, sobre todo del final, pero me parece más interesante hacer preguntas que dar respuestas".

Larga y variada trayectoria

Aunque conocido hoy en todo el mundo como Jaime Lannister, Coster-Waldau tiene a sus espaldas una trayectoria importante, desarrollada sobre todo en Dinamarca y los países nórdicos. "No me dirijo donde se supone que está el trabajo, por eso quizá no haya hecho más cine americano. Solo me dejo llevar por las historias que me interesan".

Su primer papel importante le llegó en 1994: fue el personaje titular de 'El vigilante nocturno', thriller de culto que su director, Ole Bornedal, rehizo tres años después en EEUU, esta vez con Ewan McGregor como protagonista. En el último par de décadas, han confiado en Coster-Waldau directores como Ridley Scott ('Black Hawk derribado', 'El reino de los cielos'), Joseph Kosinski ('Oblivion') o el mismísimo Brian De Palma ('Domino', en la que comparte créditos con Carice van Houten, alias Melisandre).

El rodaje de ese thriller con De Palma fue, insinúa, más excitante que la propia película. "Si se pudiera haber hecho un documental (Se para y sonríe maliciosamente). Lo dejaremos en que fue una producción harto complicada. No por culpa de Brian De Palma, que conste. Él estuvo concentrado en todo momento. Y solo estar a su lado, escucharle hablar de cine Eso tiene un valor incalculable", dice Nikolaj antes de recomendarnos el documental 'De Palma'.