Cinco edificios antiguos, cinco. La desacralizada capilla del primigenio colegio de las hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, el nuevo cau de El Pixaví, la casa natal de Mateu Isierte, el obrador de la carnicería de Remigio Beltrán y l’antic cau fester también de El Pixaví, añejos inmuebles situados en el centro histórico y medieval de Castellón, serán los escenarios de la Feria de Teatro Breve. La iniciativa, organizada por la compañía La Ravalera, cuenta con la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de la capital de la Plana, la Fundación Dávalos- Fletcher y la Universitat Jaume I (UJI).

Durante los fines de semana del 21, 22 y 23 y 28, 29 y 30 de abril, los castellonenses podrán disfrutar de cinco piezas de microteatro en espacios peculiares y singulares de Castellón y con una identidad propia y marchamo histórico y costumbrista. Las obras que se pondrán en escena, como siempre, han sido creadas especialmente para la feria por cinco compañías de Castellón y de la provincias. Son: Comboi Teatre, El Teatro del Contrahecho, Eturia, Paraules d’Aire y la propia La Ravalera.

Las funciones serán los viernes y sábados, a partir de las 20.00 horas, y los domingos, desde las 19.00. Las entradas para este ciclo ya están a la venta y se pueden comprar por anticipado en la Llibreria Babel de Castellón.

PARA UNA SOLA FUNCIÓN // Además, durante la feria también se podrán adquirir localidades para una sola pieza en la taquilla que habrá instalada en la plaza de la Hierba, delante de la Casa Abadía, desde una hora antes del inicio de las funciones. El precio de cada cita es de tres euros y se pueden ver las cinco representaciones en un solo día haciendo un itinerario que vale 12 euros.

Los espacios, «por descubrir», como indica la organización, están situados en la calle Gracia 6, (antic cau de la colla El Pixaví); calle Caballeros, 39 (obrador de la carnicería de Remigio Beltrán); calle Isabel Ferrrer, 23, (antic carrer Cassola), nuevo cau de El Pixaví; también en la calle Isabel Ferrer, pero en el número 37, antigua capilla de la Consolación, y en la calle Antonio Maura, 7, la casa solariega de Mateu Isierte.

Cinco lugares con encanto especial en la capital para disfrutar del buen teatro en Castellón durante unas jornadas en las que los castellonense podrán conocer rincones escondidos del patrimonio arquitectónico de la ciudad.

Un teatro que busca la complicidad del público con antiguos edificios, algunos de ellos construidos en el siglo XIX, que se convierten en un escenario perfecto para unas representaciones que huyen del ámbito comercial para convertirse en íntimas y, a la vez, casi unipersonales.