Un artista es artista porque se expresa". El castellonense Juan Cortés es joven, pero no es nuevo en el mundo de la música. El flamenco es su registro, pero con matices, con el piano como base de un sonido fresco, mediterráneo,que va de la bossa al jazz, renovando los palos más tradicionales. Y ya tiene listo el que será su primer disco, Jurepén, grabado para la discográfica Nuba Karonte, que sale al mercado el próximo 2 de junio. La presentación en Madrid será en la sala Calle 54, local de jazz de Fernando Trueba, esa misma semana.

Su música nace de ritmos flamencos, pero ha evolucionado. "Hay que mirar adelante, pero sin perder de vista las raíces. La renovación debe ser desde el flamenco, pero con otra visión, que es la que puede aportar la gente joven, que intenta hacer cosas nuevas", dice.

Junto con su hermano Salva Cortés a la percusión, Guillermo McGill a la batería --y producción--, Antonio Serrano a la armónica, Jorge Pardo a la flauta, y el baile de Joselillo Romero, además de las colaboraciones de Bernardo Parrilla, El Ciervo, Tomasito, José Maya o Montse Cortés, Jurepén se grabó en ocho días. "Quería hacer un disco fresquito, con la calentura del directo", señala. "Jurepén, asegura el pianista. "Hay improvisaciones, hay estándares sinceros, y una comunicación absoluta con los músicos --explica--, sin tiranías". Como buen músico, Cortés, tras parir el LP, se ha quedado sin música. "Quiero hacer otro LP en enero, con cuerda, un cantaor, piano y percusión, pero ahora siento que no tengo música".

De momento, centra sus energías en la apertura de una nueva sala de conciertos en Peñíscola, donde programará "flamenco del bueno", Nombres como Jorge Pardo, Mar Martínez y José Maya ya tienen cita.