El compositor castellonense Ramón Paús (profesor en la Universidad Alfonso X el Sabio de Madrid), galardonado con el prestigioso Premio Ciutat de Castelló a la Excelencia Musical Guitarrista Manuel Babiloni en la edición del 2020 (la entrega será el 3 de septiembre en el Menador de Castelló), cuestiona la transformación del sector, habla sobre su faceta como docente y la crisis sanitaria que azota a la música en vivo, con extractos de anécdotas que recuerda con especial cariño tras más de treinta años de carrera profesional.

-¿Qué le conmueve al recibir el premio Manuel Babiloni?

Realmente se trata de un reconocimiento a la carrera, por lo que el agradecimiento es perpetuo, especialmente viniendo de la Fundación Manuel Babiloni.

- Respecto a su andadura en la música, ¿se define a través sus composiciones?

En mi camino en la música, recabé lo que quería decir y lo convertí en lenguaje musical. La meta consiste en buscar tu propia voz, lo que eres en el mundo.

-Después de 30 años de carrera internacional, ¿recuerda alguna anécdota con especial cariño?

En un concierto en Praga, pensábamos que uno de la orquesta tenía oído absoluto porque tocaba sin mirar. Nos quedamos perplejos. Luego resulta que no veía la partitura y se la pusimos con letra enorme. Fue memorable.

- Hábleme de su faceta como docente. ¿Cómo ve el talento joven?

Los alumnos tienen un mundo simbólico pequeño; están influenciados por la imagen, son impacientes para reflexiones de largo alcance. Es consecuencia de la sociedad que les ha tocado vivir. No se cogen un tocho de Dostoievski para leer en verano, lo quieren todo aquí y ahora, pero para el arte se requiere tiempo y reflexión.

- Con el covid-19, ¿cómo se presentan los proyectos?

Afecta drásticamente. La Cantata sobre fondo alborán debía estrenarse en junio y se canceló. Si el marco sanitario lo permite, quiero grabar en el Auditori de Castelló cara al verano un concierto de viola con sello internacional (Naxos); le daría buen empuje a la ciudad.