Hay proyectos que solo pueden ser si nacen fruto de la pasión. Esa es la esencia de una publicación que con el título 150 años (1850-2000) de pintura y pintores en la Vall d’Uixó, merecería el apéndice calificativo de Gran Libro para hacerle la justicia que merece.

Porque esta es una edición grande, en tamaño y trascendencia. Entre otras razones porque no tiene precedentes. Sus dos autores, Miguel Montesinos Valls y Paco Royo Vilanova, en una de esas conversaciones casuales de las que suelen alimentarse las grandes ideas, apostaron su tiempo a convertirse en investigadores, para dejar testimonio de la relevancia que la pintura ha tenido en la historia reciente de su ciudad. Su empeño y dedicación pronto convirtió su pretensión en un minucioso retrato del patrimonio artístico local.

CONTRIBUCIONES / Han sido seis años de rebuscar en rincones, en memorias y recuerdos de los protagonistas y sus familiares, de ir de un lado a otro con una cámara de fotos y un portátil, indagando sobre todos aquellos que ya no están y sobre las nuevas generaciones, muchos de cuyos representantes forman parte de esa diáspora de talentos desperdigados por el territorio nacional y en el extranjero. La intención era no dejarse a nadie, aunque tampoco eran conscientes de la dimensión que ese compromiso podría adquirir cuando se sentaron a organizar todo lo recopilado.

El resultado es una verdadera enciclopedia editada por la Associació Arqueològica de la Vall, que patenta así otra de sus apuestas por garantizar la permanencia del patrimonio de la ciudad.

Después de infinitas tardes y de tanta dedicación, estos dos pintores, porque Miguel y Paco lo son, ven con perspectiva lo conseguido y sienten una gran satisfacción. No es para menos. De sus manos ha nacido una obra bien distinta a las que tienen acostumbrados a sus seguidores. La suya ha sido una contribución de un valor incalculable a la conservación de una identidad pictórica que recoge a más de 130 artistas locales, plasmados en 444 páginas, con más de 900 fotografías.

Comprobar todo lo dicho es tan sencillo como acudir cualquier viernes a partir de las 18.30 horas al Palau de Vivel, para ver de cerca esta obra de arte.