El cantautor Joaquín Ramón Martínez Sabina, conocido artísticamente como Joaquín Sabina, recibió ayer el nombramiento de Hijo Predilecto de Andalucía con una reivindicación de que “la verdiblanca”, la bandera andaluza, se erija en “la bandera de la cultura, el pan y la alegría”.

Sabina, con voz rota, leyó un discurso en verso, que arrancó con poemas de Antonio Machado y de Rafael Alberti y en el que citó a medio centenar de artistas de Andalucía, su tierra natal, de la que dijo ser “un hijo pródigo”.

“Como las cosas andaluzas suelen ser mágicas, quién me iba a decir que con esa provecta edad me iba a nacer un hermano con tanto fuste”, ironizó el autor.

Evocó que en su época de “jovenzuelo irresponsable e indocumentado” le gustaba decir que los premios no le interesaban y que casi los despreciaba, aunque confesó que “la verdad verdadera es que los premios me despreciaban a mi”. Nacido en Úbeda (Jaén) hace 67 años, aprovechó la intervención de su “telonero”, el también Hijo Predilecto Ángel Salvatierra Velázquez, especialista en trasplantes de pulmón, para pedirle “una rebaja” en la factura de un eventual injerto.

Sabina pidió en un original discurso en verso “a los tribunos que nos gobiernan” una patria “decente, audaz, moderna, humana, libre, justa y progresista”. H