Entre las agrupaciones que hace 50 años fundaron la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV) solo se contó con una banda de la provincia de Castellón, una entidad joven en aquella época, la Schola Cantorum de la Vall d’Uixó, convocada no por un hecho casual, sino por su reconocida fama.

Este grupo de músicos, que tenía su origen en el coro de la parroquia de la Asunción, aparecía de manera habitual en las páginas de los periódicos, pero no precisamente por sus méritos artísticos, que los tenían como no tardarían en demostrar, sino porque se convirtieron en un ejemplo de tesón y fidelidad a sí mismos y a lo que hacían.

Entre los años 1965 y 1967 aproximadamente, como recuerda Vicente Lacomba, uno de los actuales integrantes del Ateneu Musical Schola Cantorum y uno de los que más saben sobre su pasado, la banda «tenía prohibido tocar en todo el término municipal». Y el vedamiento no afectaba únicamente a la imposibilidad de actuar por las calles, ni siquiera se les consentía ensayar.

En plena dictadura y con todos los elementos y las autoridades en su contra, lo más sencillo habría sido desistir o intentar entrar a formar parte de la banda oficial, la de Educación y descanso, para así vivir su pasión sin problemas, ni desvelos.

Pero no lo hicieron. Bajo la dirección de uno de los personajes más emblemáticos y queridos de su historia, Don Miguel Arnal Abad, se revelaron contra las circunstancias demostrando que podían prohibirles actuar en su pueblo, pero no les iban a arrebatar la música, y por eso durante esos años, se trasladaron tantas veces como fue necesario hasta Nules para poder ensayar.

Se les llegó a conocer como La polilla, porque sus uniformes no salían a la calle, pero no dejaba de ser un apodo que nada tenía que ver con lo que iban a lograr desde esa especie de clandestinidad. Porque el esfuerzo de desplazarse como cada cual podía hasta la finca privada del Pinet, en la localidad vecina, tuvo la mejor compensación posible cuando en 1965 lograron el primer premio y el de pasodoble de la 2ª Sección en el Certamen Internacional de Bandas de Valencia. Por si fuera poco, en su segunda participación, en 1966, también se impusieron en la 1ª Sección.