Un silencio inquietante y perturbador invadió el Teatro Principal de Castellón con la representación de La golondrina, excelsa obra de Guillem Clua, con una Carmen Maura arrebatadoramente dueña de la escena. Una conmovedora historia que habla de las complejas relaciones humanas y de la falta de comunicación.

La ya exchica Almodóvar -por la nula relación de la actriz con el manchego- demostró por qué es una de las grandes de la escena, con un virtuosismo actoral que deja su huella a medida que se va desarrollando un texto que pone la carne de gallina en unos diálogos contundentes.

Su partenaire, el guapo Félix Gómez, dejó por unas horas su más que evidente atractivo físico para sumergirse de lleno en un vulnerable y descorazonador personaje, un alma errante que intenta buscar la verdad de las cosas. La golondrina deja un poso de nostalgia, tristeza y reflexión.