Flema británica a borbotones. Con el poso de la sabiduría de 75 años, creativo excelso, Stephen Frears, director de, entre otras obras maestras, Las amistades peligrosas, sin saberlo, ha puesto a Castellón en el mapa del cine universal. Con su estancia de más de 48 horas en la capital de la Plana, que se une a la nómina de grandes ciudades con festival internacional de cine propio (San Sebastián, Málaga, Valladolid...), invitado de honor del CIM, sella el valor incuestionable de una cinematografía de ironía, denuncia social y compromiso. «Un cine que retrata la vida real», como indica el propio Frears en una entrevista al periódico Mediterráneo, horas antes de recibir el premio CIM Aladroc, máxima distinción del certamen de cine en clave castellonense.

—¿Contento de estar en Castellón? ¿Qué supone para usted recibir el Premio CIM Aladroc?

—No conocía Castellón. Estoy muy contento y feliz de estar en esta ciudad y pasear por ella. Un premio siempre es de agradecer. Eso significa que se acuerdan de uno y reconocen su trabajo. Son todos muy amables conmigo.

—Usted está a caballo entre el cine europeo y el americano, ¿en qué situación se encuentran actualmente ambas industrias?

—El cine americano es una potente industria cinematográfica para hacerte rico, pero es un circo. El cine europeo, y el latinoamericano también, es independiente y puedes hacer grandes obras.

—Usted prefiere el cine europeo.

—Claro. El cine americano solo ofrece superhéroes. Todos los de Marvel, por ejemplo. No es nada atractivo para mí. Yo prefiero hacer historias que lleguen a la gente. Que hablen de la vida real.

—Un cine americano que está salpicado ahora por los escándalos de acoso sexual a actrices, ¿no?

—Sí, sí. Lamentablemente esa es la actualidad que está ofreciendo la industria cinematográfica de Estados Unidos. Todo el mundo sabía que Harvey Weinstein era una acosador y abusador sexual, pero nadie decía nada. Nadie hablaba de ese tema. Era tabú.

Sus películas están llenas de ironía y denuncia social. ¿Es necesario el cine de compromiso y militante?

—Yo creo que sí. Mis películas quieren reflejar la vida real, lo que pasa habitualmente. Historias domésticas llenas de realismo, con conversaciones de estar por casa. Y la vida real está llena de ironía. De desatinos, de paradojas. De inquietantes e intrigantes situaciones. No concibo un cine que no hable de las cosas que nos suceden, que sea reflejo del mundo en el que vivimos y de las personas que nos rodean.

—Los personajes femeninos de sus películas son mujeres con mucha fuerza, con mucha personalidad. ¿Por qué? ¿Las mujeres son las que mueven el mundo?

—No lo sé. Mi madre era una mujer con mucha personalidad. Y mi esposa también tiene mucho carácter (sonrie). No se si las mujeres mueven el mundo o no. Solo sé que en mi país gobierna una mujer, te guste o no te guste. Tal vez, en la realidad las mujeres, a la larga, demuestran más arrojo, más personalidad. No se si eso es políticamente correcto decirlo, pero las mujeres están adquiriendo mucho poder.

¿Qué conoce del cine español?

—Pedro Almodóvar... y Sergi López, Penélope Cruz...

—¿En que está trabajando en estos momentos? ¿Cúal es su próximo proyecto?

—Estoy preparando una gran serie de televisión en Inglaterra. Una historia de políticos y sexo. Con mucha ironía, como todo lo que hago. Con personajes que hablan de la vida real. Con situaciones en las que el espectador se verá reflejado. Es el tipo de proyectos que me gustan. Y con la libertad de poder elegir y trabajar como uno quiere y desea.