La participación de Netflix en esta Mostra de Venecia ha transcurrido de forma curiosa. A medida que iba desapareciendo el malestar que algunos asistentes al festival sentían por la presencia en él de títulos producidos por el gigante de 'streaming' -los abucheos que provocó el logo de la N la primera vez que apareció proyectado en pantalla hace días han ido tornándose aplausos desde entonces-, cada una de las películas que la plataforma ha estrenado aquí ha resultado ser un poco peor que la anterior. 'Marriage story', que se presentó el sábado, es fantástica; 'The King', que lo ha hecho este lunes, es un sopor.

Dirigida por el australiano David Michod, la película ofrece su propia versión de la historia del ascenso de Enrique V al trono de Inglaterra y de la batalla de Azincourt, en la que derrotó de forma inesperada al ejército francés y se legitimó como monarca. Y lo hace a lo largo de 133 interminables minutos de metraje, llenos de situaciones repetitivas y conversaciones en las que los personajes hablan o bien a susurros o bien a grito pelado, envenenados de afectación shakespeariana. El problema central, eso sí, es lo poco convincente que el actor Timothée Chalamet resulta en la piel del personaje titular. En primer lugar, porque a lo largo de toda la película mantiene una única expresión facial -la del ceño fruncido-; en segundo porque, a causa de lo grande que le queda la armadura, lo que vemos al contemplarlo no es un monarca atormentado sino una versión aumentada de un 'click' de Playmobil.

Mucho más persuasiva ha resultado ser 'Martin Eden', presentada también el lunes en el certamen en pugna por el León de Oro. Dirigida por el italiano Pietro Marcello a partir de la novela semiautobiográfica de Jack London del mismo título, narra la historia de un joven sumido en la pobreza que trata de forma obsesiva de convertirse en escritor de éxito, y que al alcanzarlo reniega de él. En el proceso, funciona como robusto estudio psicológico de un personaje atrapado entre su apoyo al socialismo y su impulso fieramente individualista.