Diez mil kilómetros apenas son distancia para quien antepone todo por un sueño: ser figura del toreo. Ese trayecto es el que separa Lima, la capital peruana, de Madrid, el mismo que hoy domingo está realizando en avión el diestro de Burriana Vicente Soler, que ayer sábado toreó en la plaza de toros peruana de Matara y mañana lo hará en Vinaròs, en la corrida de la Feria del Langostino junto al rejoneador Manuel Manzanares y El Fandi, para lidiar una corrida de Castillejo de Huebra.

«Bendita locura», piensa el torero de Burriana, para quien no existen las distancias si el objetivo es vestirse de luces. No son tiempos fáciles para los que se calan la montera. Las ferias de postín se embastan con la flor y nata de la torería andante y los jóvenes que piden paso, aquellos que acaban de aterrizar en el escalafón superior, se quedan en el banquillo, como diría Antonio Chenel Antoñete, mordiéndose las uñas a la espera de una llamada del apoderado para anunciarles una fecha y poder demostrar su valía. Así que cualquier oportunidad es buena para lucir el chispeante y seguir dando pasos en esta complicada profesión.

Vicente viajó el pasado jueves hacia el país andino y lo hizo cargado de moral. Días antes, en un festival celebrado en la localidad alcarreña de La Puerta, donde paseó dos orejas de su novillo de Juan Barriopedro. Ya en Perú, actuó por partida doble en la plaza de toros de Matara, al lado de toreros de consagrada carrera como el sevillano Salvador Cortés o el mexicano Arturo Saldívar.

Y después de Vinaròs, la gira taurina agosteña de Soler prosigue por plazas españolas. Al día siguiente, martes 15 de agosto, el día en el que más festejos taurinos se celebran del año, Vicente se vestirá de corto para actuar en un festival en la plaza de toros turolense de Calamocha. Y ahí no termina su periplo porque enseguida vuelve a tomar un vuelo rumbo a Perú. Allí le esperan más actuaciones.

Es el fin de semana más trepidante y de más compromisos desde que tomara la alternativa en la Magdalena del 2016. Ahora, Vicente aprovecha esta oportunidad para demostrar, como hizo de novillero, que también puede triunfar lejos de su tierra.