“Esta es mi tercera película y la tercera que presento en Toronto, así que siento que hay una conexión especial entre nosotros”, aseguró ayer J.A. Bayona ante su público instantes antes del estreno mundial en el Festival de Toronto de 'Un monstruo viene a verme', y esa conexión especial se confirmó poco menos de dos horas después, de forma absolutamente inequívoca, al final de la proyección, cuando los más de 2.000 asistentes le dedicaron a él y al reparto de la película una rotunda ovación mientras trataban de secarse las lágrimas con las mangas. Porque hay que estar hecho de mármol para ver 'Un monstruo viene a verme' y no llorar. Cada espectador de la película debería recibir un paquete de kleenex gratuito al comprar su entrada.

Era de prever. Para hacerla el de Barcelona se ha basado en una novela de Patrick Ness, a su vez inspirada en una idea original de Siobhan Dowd. Cuando la concibió, la escritora ya sufría un cáncer terminal, y murió antes de poder materializarla. Es la historia de Connor (Lewis MacDougall), un niño incapaz de afrontar el hecho de que su madre (Felicity Jones) se está muriendo. Para sobrevivir se refugia en sus fantasiosos dibujos. Una noche imagina sobre el papel un magnífico árbol que cobra vida y, solo unos momentos después, del patio trasero emerge una masa descomunal de raíces y ramas que recordaría al árbol de 'Guardianes de la galaxia' de no ser porque esta criatura da verdadero miedo. En todo caso, la sensación de amenaza se disipa en cuanto quedan claras sus intenciones: ayudar a Connor a asumir algunas amargas verdades sobre la vida.

La premisa de forma inevitable sugiere conexiones con la queGuillermo del Toro manejó en 'El laberinto del fauno' -tras el estreno de 'El orfanato'(2007), recuérdese, Bayona fue inmediatamente declarado heredero espiritual del mexicano-, en tanto que también aquí funciona como punto de partida para reflexionar sobre cómo los cuentos y la ficción pueden ayudarnos a superar el sufrimiento. “Las historias son lo que hace que tanto vosotros como yo estemos aquí”, recordó Bayona este sábado al público de Toronto.

El monstruo insiste en contarle a Connor cuentos sobre reyes y brujas y princesas para enseñarle, por ejemplo, que "la vida es complicada", o que "a la gente no le gusta aquello que no entienden". Y poco a poco Connor irá entendiendo que a veces lo más duro de hacerse mayor es comprender que los seres humanos somos imperfectos y permeables al dolor, y que el mundo que nos rodea es un lugar más feo de lo que los libros de cuentos dan a entender.

Mientras lo hace, 'Un monstruo viene a verme', también con Sigourney Weaver y Liam Neeson en el reparto, muestra la misma habilidad manipulando los sentimientos del público que Bayona ya desplegó en su anterior película, 'Lo imposible' (2012). A ratos, de hecho, la película se dedica de forma tan concienzuda a resultar conmovedora que no solo llega a extenuar, sino que se hace difícil decidir si estamos llorando a causa de una verdadera conexión emocional o simplemente porque es una reacción automática ante una situación de tristeza tan obvia y reconocible.

REACCIÓN ENTUSIASTA DE LA CRÍTICA

Sea como sea, está claro que el método de Bayona es efectivo, y no solo a juzgar por el modo en que el público de la gala se derritió como la mantequilla expuesta al calor. La crítica internacional ha reaccionado de forma entusiasta ante esta nueva demostración de la habilidad del director combinando lo íntimo -en concreto, las relaciones entre los niños y sus madres- con escenas visualmente espectaculares de acción y destrucción; y la estrategia comercial de la película ha sido rediseñada en vistas a los Oscar. En última instancia, 'Un monstruo viene a verme' podría suponer para Bayona un idóneo paso adelante dentro de Hollywood antes de afrontar la dirección de la secuela de 'Jurassic World' en el 2018.