Es su momento. Todo llega cuando tiene que llegar y a ellos, les ha tocado ahora. La oportunidad tan anhelada y soñada, hacer el paseíllo en su tierra, Castellón, después de haber sufrido los sinsabores de esta profesión tan dura y exigente en la que ser torero es casi un milagro. Paco Ramos, Abel Valls y Vicente Soler, tres toreros de la tierra de tres generaciones distintas, van a tener la oportunidad de cambiar el sino de sus vidas el próximo 24 de marzo en el inicio de la Feria de la Magdalena. La espera, la lucha y paciencia valió la pena. Dijo Arthur Golden en Memorias de una Geisha, que «si no pierdes de vista tu destino, todos los momentos de la vida se convierten en una oportunidad para aproximarte a él». Y así han vivido hasta ahora estos tres toreros, con esa máxima de tener siempre al toro como objetivo de sus vidas, una locura que solo conocen los que comparten su afición. Los tres están ya metidos en el campo, concentrados de cara a esa cita crucial a la que se suma el aliciente de tener que matar una corrida de toros de Adolfo Martín, que siempre requiere un plus de exigencia. Comienza la cuenta atrás.

Las circunstancias de Paco Ramos y Abel Valls, los dos veteranos de la terna, son distintas a las de Vicente Soler, el más joven de alternativa. Tanto el de Onda como el de Castellón llevan seis temporadas sin pisar la plaza de su tierra, aunque ello no les ha impedido vestirse de luces, a pesar de que detrás haya muchas sombras e insatisfacciones. Paco Ramos se vio obligado a un exilio taurino en Perú, donde ha madurado a la espera de esta oportunidad en España. «Voy con toda la ilusión del mundo después de tantos años. He toreado muchas corridas y eso se nota en la madurez, por eso creo que van a ver a un torero muy cambiado», explica el ondense. Seis años ha estado en Perú, algunos de ellos compartiendo habitación con Octavio Chacón que, al igual que Paco, se vio en la obligación de buscar oportunidades fuera de su país y ahora, tras luchar con tanto sacrificio por su sueño, le ha llegado su hora en las grandes ferias. «Es un espejo a seguir, a él le cambió la vida una tarde, ¿por qué no me puede pasar a mí? Por eso Castellón puede ser el comienzo de una nueva aventura que ojalá tenga parada en Madrid».

Es consciente de que la corrida de Adolfo Martín no va a ser fácil, pero un triunfo «lo van a valorar mucho más. Creo que nos puede ayudar mucho. Es un toro que quiere el toreo bueno y clásico, por eso si embiste, puede haber una muy buena conjunción». Una tarde crucial, algo así como el último tren. «Un triunfo no me cambiaría la vida pero... ayudaría a torear en Madrid», concluye.

ABEL VALLS / A pesar de las piedras en el camino, de un arranque esperanzador que se diluyó demasiado pronto y sin explicación alguna, de años ninguneado por el sistema, Abel Valls nunca perdió la ilusión por el toreo: «Cuando tienes constancia, sacrificio y confianza en uno mismo, al final tardará más o menos pero siempre te llega la recompensa. A mí me ha llegado en el momento idóneo, la seguridad que tengo ahora no la he tenido nunca y eso me llena de ilusión de cara a esta corrida», explica el torero con ese brillo en los ojos repleto de motivación. «Además, me hace mucha ilusión que sea la corrida de Adolfo. Siempre me ha apetecido matar ese tipo de encaste en esta plaza, así que este año va a ser. Es un encaste que creo que puedo entender, porque es un toro al que le gusta que le hagan las cosas por abajo y con largura, y ese es mi concepto». El espigado diestro de Castellón es consciente de que el 24 de marzo será la tarde más importante de su carrera: «Sí, porque es la única que tengo y me juego mucho. Un triunfo me podría abrir las puertas de Madrid. Sueño en estar como creo que puedo estar».

VICENTE SOLER / Es el más nuevo de los tres y con un aval en esta plaza que le da crédito. Dos tardes como matador de toros y dos puertas grandes. Injustificada fue su ausencia el año pasado, aunque ahora, asegura que llega más preparado. «Voy concienciado. Me lo juego todo, sé que esa tarde me puede cambiar la temporada. Llego en un momento de madurez muy bueno y con la baba de un torero joven que piensa que sí tiene su sitio en este tipo de corridas de toros. Saldré con mis armas y seré fiel a ellas».

Su trayectoria novilleril forjada con ganaderías duras y serias le da confianza a la hora de enfrentarse a este encaste. «Eso me motiva para poder mostrar mis cartas con este tipo de toros. Tuve la suerte de cuajar hace pocos días una vaca de Adolfo Martín y eso te reconforta y te llena de ilusión. Las sensaciones fueron muy buenas. Espero que esta vez un triunfo sí me valga». Y concluye con una reflexión: «El banquillo me ha curtido, me ha servido para pensar, por eso voy a salir a la plaza con la idea de que mi sueño no se va a escapar».