Vintage Trouble es conocido por los degustadores del soul de corte oldschool, con cierta ferocidad rockera y realzado en sus fogosas actuaciones. Pero aunque el combo de Hollywood dice no sentirse incómodo con etiquetas como banda de revival, en sus últimas entregas, sendos epés titulados Chapter II, ha apostado por un giro contemporáneo. Un paso arriesgado? Espero que sí. Si no se toman riesgos, la vida puede ser muy aburrida, sostiene Ty Taylor, cantante del grupo, en vísperas de su actuación de este viernes en Apolo (abrirá la británica Yola).

El mismo formato discográfico elegido, el epé, ya es indicativo del cambio: Vintage Trouble se acogía hasta ahora, y con gusto, a la mística de los álbumes, enraizada en los años 60 y 70. Crecimos escuchando elepés de las grandes bandas de soul y rock, y disfrutando de sus portadas y de las letras impresas, pero vivimos en un mundo distinto, suspira Ty Taylor. El epé permite que la gente se acerque más a las canciones.

MIRANDO DE REOJO EL REGUETÓN

Estructurar el material en dos entregas les ha invitado a dar a cada una de ellas un carácter distintivo. "Con el primer volumen de Chapter II decimos a la gente que no solo nos inspira el pasado, también el presente, y ahí están piezas como Do me right o Cant stop rollin, explica Taylor que confiesa la admiración de todo el grupo por las producciones de Mark Ronson (Amy Winehouse, Adele, Miley Cyrus). El segundo volumen tiene algo de experimento sin dejar de ser un disco lleno de soul, apunta. Trabajando con la tecnología y dejándonos influir por productores y artistas que son más jóvenes, añade Taylor, de 50 años.

Uno de los temas, Crystalclarity, presenta una cadencia que Taylor ve cercana al reguetón. Me gusta su potencia rítmica y sus melodías, asegura, y se sorprende cuando se le menciona que el género causa sarpullidos en buena parte del público rockero español. Sí? No puedo opinar, desconozco esa polémica.

EN LAS ISLAS CAIMÁN

Para grabar Chapter II fueron a un paraje exótico y apartado del ruido mundano, las islas Caimán, en el Caribe. Sobre todo, un lugar en el que, más allá del clima y la buena comida, pudimos concentrarnos en la grabación sin distracciones, destaca el cantante, que revela las felices dinámicas de trabajo. La mesa de sonido estaba a un paso del agua, y podíamos estar buceando, salir a grabar una toma y darnos otro chapuzón.

En contraste con este aparente aislamiento paradisíaco, algunas de las canciones desprenden una preocupación social. Hablamos de Thebattlesend, una petición de que cada individuo tome conciencia de la tensión que hay en el mundo y que la batalla se termine, o de Everyoneiseveryone, que lanza otro mensaje bienintencionado, a favor de centrarnos en las cosas que nos unen y no en las diferencias, partiendo de que si das amor, recibirás amor. Canciones que quizá suenen en Apolo, donde Vintage Trouble calibrará la osadía de su giro artístico. Ty Taylor tiene clara la apuesta. Como artista, lo último que quieres ser es irrelevante.