El novillero de Almassora Joan Marín mostró las cartas del compromiso, disposición y toreo de fino estilo en la novillada sin picadores celebrada ayer en València, dentro de su miniferia de octubre con motivo de la festividad de la Comunitat. Marín, que pertenece a la Escuela de Tauromaquia de Valencia, dio una vuelta al ruedo con mucha fuerza después de que el palco le negara injustamente un trofeo.

El de Almassora manejó con soltura y variedad el capote, toreó con gusto en la muleta, sobre todo con la izquierda, por donde dejó dos buenas series ya en las postrimerías de su labor. Terminó acoplándose con buenas maneras a un novillo colaborador de López Gibaja y mató de una estocada al encuentro. La petición de oreja fue unánime, pero no lo vio así el usía. La personalidad de Marín cautivó a la afición.