El guionista británico Alan Moore ha dado al cómic moderno algunas obras incuestionables: 'V de Vendetta' (1982-1987), la más politizada; 'La broma asesina' (1988), o la reinvención de Joker y Batman; y 'Desde el infierno' (1989-1999), un tratado sobre la era victoriana a partir de Jack el Destripador. Pero de todo lo que ha surgido de su brillante y oscurantista pluma, la obra maestra absoluta es 'Watchmen', una reflexión agria y crepuscular sobre la figura del superhéroe ideada para DC Comics en 1986, con dibujo de Dave Gibbons y entintado de John Higgins.

'Watchmen' proponía una mirada diametralmente distinta al concepto clásico del superhéroe a la vez que integraba esa reflexión popular en un ideario sociopolítico que es innegociable para Moore. La serie constó originalmente de doce entregas y abundan desde hace años las ediciones y reediciones en formatos de lujo, ya que su influencia sigue bien presente.

En una de las últimas reediciones, publicada en EL 2007 en un grueso tomo con bocetos y textos añadidos, Moore escribe que retomando desde donde lo dejó George Orwell, empecé a trabajar en lo que acabaría convirtiéndose en 'Watchmen' en 1984. No lo recuerdo con exactitud, pero creo que probablemente fue la absurda idea de que el libro saldría año siguiente lo que me impulsó a situar la serie en 1985.

La serie comenzó a publicarse en 1986 y terminó un año después, pero Orwell estaba muy presente en la concepción del cómic, al que Gibbons, un dibujante magnífico que ha brillado en otras series 'Give me liberty', escrita por Frank Miller, o la más reciente 'The secret service', con guion de Mark Millar y Matthew Vaughn y llevada al cine en 'Kingsman' y sus secuelas ofreció una ilustración clara y concisa, lejos del barroquismo de otras obras de Moore: directa al grano, de un realismo esencial para entrar en el juego del cuestionamiento de la mítica de los superhéroes. Un vuelco cotidiano y nihilista.

'Watchmen' habla de un grupo de superhéroes de los años 40 (los Minutemen) y su prolongación en los 60. No es una década escogida al azar, por supuesto. En uno de los momentos más convulsos para la historia estadounidense, Moore crea una suerte de universo paralelo en el que sus personajes tienen una clara incidencia en conflictos como Vietnam, la guerra fría, la escalada nuclear y los derechos civiles. Para Moore, 'Watchmen' era una colisión entre la métrica de William Burroughs y las ambiciones de Herman Meville en 'Moby Dick'. Una obra total de la literatura gráfica.

La planificación y encuadres de Gibbons son tan precisos que cuando Zack Snyder llevó el cómic al cine, en 2009, utilizó los dibujos originales como si fueran un guion técnico: numerosos planos reproducen milimétricamente las viñetas.

Sin participación de Moore, DC publicó a partir del 2012 'Antes de Watchmen'. Dividida en nueve colecciones independientes, repasa el pasado de los personajes: 'Minutemen' a cargo del fallecido Darwyn Cooke, 'Espectro de seda' de Cooke y Amanda Conner, 'Ozymandas' de LenWein y Jae Lee, 'Búho nocturno' de J. Michael Straczynski y los hermanos Kubert, 'Roschach' por Brian Azzarello y Lee Bermejo, 'El comediante' por Azzarello y J. G. Jones, 'Dr. Manhattan' según Straczynski y Adam Hughes, 'Dollar Bill' por Wein y Steve Rude, y 'Moloch' en versión de Straczynski y Eduardo Risso.