El centro cultural la Nau de la Universitat de València acoge desde ayer hasta el 30 de abril la primera exposición retrospectiva de la obra pictórica del artista castellonense Wences Rambla Balance de una trayectoria, que recorre sus más de 40 años de carrera pictórica a través de 37 obras.

Las piezas escogidas abarcan desde el informalismo de sus primeros años como pintor hasta el arte digital, pasando por el realismo social, la abstracción geométrica y los paisajes, según han explicado fuentes cercanas a la Universitat de València.

Organizada por la Col·lecció Martínez Guerricabeitia de la Fundació General de la Universitat de València y comisariada por el profesor y crítico de arte Pascual Patuel, la muestra cuenta con el apoyo del vicerrectorado de Cultura e Igualdad, que dirige Antonio Ariño, y la colaboración de Banco Santander y Heineken.

Patuel ha explicado que ha escogido tanto lienzos como fotografías del artista de Castellón, al que ha definido como «un hombre de la posmodernidad con una mirada creativa sobre las vanguardias anteriores a su tiempo». «Una propuesta como esta enriquece la colección Martínez Guerricabeitia y visibiliza el arte contemporáneo de Castellón», considera el propio Ariño, mientras que el director de actividades de la colección, José Pedro Martínez, ha subrayado que esta muestra «permite conocer de forma retrospectiva la ingente producción de Wences Rambla».

Por su parte, Rambla ha explicado que a su obra «siempre le acompañan estructuras geométricas», aunque ha matizado que «el color y la composición son realmente los que se disputan el partido en el terreno de juego de los elementos plásticos, que es el cuadro». Patuel detalla que la obra del artista «se aleja, por ejemplo, de la geometría rígida que propugnaba la abstracción geométrica de principios del siglo XX» y es «más dinámica, más subjetiva, nada ortogónica, más sugerente, menos ortodoxa».

ETAPA DE COMPROMISO // El lenguaje abstracto acompaña a Wences Rambla desde sus inicios, si bien la primera etapa del autor, entre 1968 y 1973, se centra en el naturalismo y la pintura informal. Hacia 1973 desarrolla una «etapa de compromiso» en cuyas obras critica la situación política del momento hasta trascender lo local y universalizar la problemática social latente con temas como «la violencia, la opresión y las difíciles relaciones humanas».

Hacia 1985 Rambla «entra de lleno en la abstracción geométrica», con lo que retoma los paisajes de los 70 y el lenguaje abstracto, con grafismos y signos con los que crea un universo «peculiar, sugerente y arabesco».