Una pelota gigante cuelga de la torre Eiffel, uno de los símbolos más visibles que recuerda el inicio de la Eurocopa 2016 en una ciudad que, de momento, aguarda discretamente un torneo que la mantendrá en tensión durante un mes. París sigue con su vida, inundada de turistas y sumida en un sinfín de problemas laborales que han dejado el balón a un lado. Pero este aire de aparente indiferencia acabará este viernes, con el saque inicial, en eldebut de Francia frente a Rumanía (21.00 horas, Tele 5) enSaint Denis bajo el doble foco de lo que ocurrirá en el campo y de que no ocurra nada fuera.

Con esa doble mirada, que antes de empezar se ha traducido en unapsicosis general para garantizar la seguridad, el fútbol aparece como un punto de encuentro para un país que anda peleado de norte a sur y de este a oeste, inmerso en todo tipo de conflictos. "Estamos pasando por un momento difícil, tanto a nivel político como por las recientes inundaciones. Así que es importante poner una sonrisa en los rostros de los franceses”, proclamó el defensa Laurent Koscielny.

Curiosamente, la selección, tan propensa a los desórdenes y las agitaciones internas, vive una tregua después de una larga batalla a raíz del 'caso Valbuena'. Ahora parece dispuesta a jugar en paz, pese al ruido que le acompañado hasta aquí. "Se debe evitar la presión a toca costa. La presión es negativa. Lo que necesitamos esadrenalina y emoción. El ambiente es favorable y no nos debe debilitar", declaró Didier Deschamps, que ante su sexto torneo como jugador y seleccionador dice sentir algo especial: "Nunca antes había percibido tanto apoyo de la gente como ahora".

Sentada sobre ese volcán semidormido, y que Benzema avivó con graves acusaciones por su exclusión ("Deschamps se ha plegado a la presión de una parte racista de Francia", denunció), la selección anfitriona aparece como una de las grandes favoritas, una condición que merece por una alineación imponente y por el plus que ofrece cuando juega en casa.

Campeona en el 84 y en el Mundial 98, triunfo este último capitaneado por Deschamps y que acompañó dos años después con otra Eurocopa, los ‘bleus’ emergen como una burbuja en medio de un país deprimido y que espera esta cita como una bocanada de aire en un ambiente lleno de tensión. Fútbol para combatir la depresión, confianza e ilusión frente a las penas de cada día.

Y una de las mejores pruebas de ese espíritu ha sido la respuesta al conflicto generado por Benzema y a sus acusaciones. La mayoría de los franceses se han puesto del lado de Deschamps y hancondenado sin misericordia al jugador. Los elegidos son los que son, y no hay sitio para los agitadores, por más nombre que tengan, por más goles que marquen.

INTRIGAS Y LUCHAS DE CLANES

No es la primera vez que ocurre. Francia ha sido a menudo un nido deintrigas, con luchas de clanes, en algunos casos nacidas en cuestiones extradeportivas, convertida en una selección de clanes. La peor crisis se vivió en el Mundial de Sudáfrica, en un motín lleno de peleas, insultos, amenazas de plante que provocó intervenciones políticas y que supuso el final del técnico Raymond Domenech y de toda una generación. Eliminada en la primera fase, el país recibió con titulares terribles: ‘Impostores’, ‘Antipatriotas’, ‘Desertores’, ‘La vergüenza del país’, muy lejos de la esperanza con la que se mira ahora a un grupo que, en los pronósticos, apunta a lo más alto.

Se trata de un equipo muy equilibrado en todas las líneas, construido sobre los frutos del trabajo en el fútbol base (27 años de media de edad y con los tres jugadores por encima de las 50 internacionalidades), de jóvenes cotizados repartidos en los mejores equipos, encabezados por un podio de tres nombres: Pogba,Griezmann y Martial.

El jugador de la Juventus es uno de los reyes del mercado y apunta a que así seguirá todo el verano. Mientras el Atlético está cerca de cerrar la renovación de Griezmann hasta el 2021 y no parece que Martial vaya a moverse del United junto a Mourinho, Pogba da mucho más que hablar y, de hecho, su rostro aparecía en variasportadas dejando en el aire su futuro. 'La Gazzetta dello Sport' da por hecho que el Madrid pujará por él. Es el gran deseo de Zidane. Cueste lo que cueste. Y, según el medio italiano, el precio podría alcanzar los 120 millones de euros. El récord de los récords.

Del Barça, ni rastro, a pesar de que hace un año, en época electoral,Albert Soler y Ariedo Braida se fotografiaron junto a representantes de la Juventus deslizando que habían bloqueado al jugador para poder ficharlo precisamente esta temporada. Pero ni está bloqueado ni el club puede plantearse una operación así.

Sobre esta mezcla de juventud, talento y osadía, junto a la experiencia de un ‘bleu’ incuestionable para la mayoría como Deschamps, Francia sueña con repetir el 84. Pero aquella Francia queda muy lejos de la realidad actual, que se vincula mejor a la selección del 98 que conquistó el mundo. Aquel triunfo se asoció al de un grupomultirracial, un ejemplo de la capacidad integradora del país, donde convivían franceses de orígenes y religiones diferentes.

Una convivencia que en los últimos años se ha deteriorado y ha provocado graves conflictos internos. Hay pocos países como ocurre aquí en los que la lista de convocados se examine con filtros tan extradeportivos, que van desde las raíces hasta la religión, y que abren debates de tono racista. Pero la Eurocopa se impondrá ahora sobre cualquier diferencia. Y, para empezar, los jugadores musulmanes, Pogba entre ellos, ya han decidido que no seguirán elRamadán durante la competición. Cualquier sacrificio con tal de que Francia grite unida: "Allez les bleus!".