El turismo de festivales se consolida en Castellón, creciendo año a año y afianzándose como un sector estratégico para la economía provincial. Hoteles y restaurantes en particular y el sector servicios en general se frotan ya las manos a un mes de que comience el Festival Internacional de Benicàssim (FIB), la primera de las tres grandes citas del verano, junto al Arenal Sound y el Rototom Sunsplash, que unen sus fuerzas bajo el paraguas de la marca Castellón, Tierra de Festivales que la Diputación presentó ayer.

Con los datos sobre la mesa, el presidente provincial, Javier Moliner, avanzó «una previsión de crecimiento» para este 2018, en tres citas que «van a más año tras año, consolidando la apuesta por la música de Castellón como elemento tractor de público de más de 100 países del mundo, que ya está empezando a fidelizar», concretó. «Los festivales han convertido a Castellón en destino preferente de unas personas que, con la excusa de la música, conocen la provincia, y, según las cifras de entradas del 2017 --contando día a día, los 17--, sumaron 730.000, componiéndose en el mayor exponente del turismo internacional en la provincia», dijo.

Moliner, que estuvo acompañado por el vicepresidente de la Diputación y responsable de Turismo, Andrés Martínez; y los directores de los tres festivales (David Díaz, por el FIB; David Sánchez, por el Arenal Sound; y Filippo Giunta por el Rototom), llamó a la «diferenciación». «Castellón es tierra de festivales. No hay ninguna otra provincia española que concentre este verano un cartel con tantas estrellas de la música, de todos los estilos, cada uno con un target y un mercado diferente, en una programación que se ha convertido en una gran línea de atracción turística para miles de personas, cuya capacidad de retorno tiene un impacto brutal en el territorio», puntualizó.

Martínez, que calificó a los festivales como «uno de los productos estrella del turismo provincial», especificó que «desde hace ya 23 años, cuando arrancó el primer FIB, las citas han ido creciendo en rentabilidad y en empleo».

Este 2018 está llamado a ser el año del Rototom. Cumple 25 años y lo va a celebrar a lo grande. Y sus fans lo saben. Filippo Giunta, su director, avanzó ayer que «la venta de abonos se ha incrementado este año un 30%, con, sobre todo, más asistentes procedentes de Estados Unidos». Hay que destacar que el 50% de sus visitas, más de 110.000, se reparten en «más de 100 nacionalidades». Con Díaz, del FIB; y Sánchez, del Arenal, coincidió en que «tener el apoyo institucional es vital para mantenerse y consolidarse». Señaló que, cara al ejercicio 2019, se está ya trabajando en celebrar los 10 años de su llegada a Benicàssim, tras nacer en Italia.

«El FIB está arraigado a Castellón, y lo lleva en el ADN», señaló Díaz, responsable de una cita que tiene un 55% de público extranjero, sobre todo de Reino Unido e Irlanda, y que es el «buque insignia que marca la estela de los festivales de Castellón desde hace 24 años», como lo definió ayer Moliner. Este año, la venta va «más lenta», pero se apuesta «a la última hora», con la previsión, según el director, de agotar las entradas para el viernes, con The Killers de cabeza de cartel.

Con el cartel de No hay abonos desde hace seis meses, el Arenal «no puede crecer más». «El nuestro es un producto diferencial, que atrae un tipo de turismo joven y de calidad a Burriana», señaló. Los tres se han convertido en «grandes marcas» que «vertebran el territorio de la provincia con el ocio y la música como grandes atractivos».