El título de la GP3 se le fue en un pinchazo lento en Spa y eso estuvo a punto de dejarle fuera de la F-1 y del durísimo programa Red Bull. Y, después de ganar las World Series, la irrupción de Max Verstappen casi le deja fuera de nuevo. Carlos Sainz, ahora en McLaren, mañana en Ferrari, ha aprendido que “la F1 siempre tiene sorpresas, buenas y malas, y tienes que controlar lo que puedas, no más, y, luego, dejar que las cosas pasen”. Si con 17 años le dicen que que pasaría por Toro Rosso, Renault, McLaren y ficharía por Ferrari “me hubiera caído de culo”.

El cierre del contrato con Ferrari “ha sido un poco raro”, explicó Sainz en el programa '#Vamos', de Movistar TV. Las conversaciones se aceleraron durante los test de Barcelona en febrero, pero la pandemia y la cancelación de grandes premios dejó las negociaciones sin el escenario más clásico, el paddock o un restaurante apartado cerca de cada circuito. “Ha sido todo muy raro. Bastante intenso. En medio de toda esta pandemia. Meses raros pero nos hemos apañado bastante bien. Todo el día al teléfono con Caco y con mi padre aquí en casa”, apunta Sainz.

Mensajes preciosos

El fichaje por Ferrari es un “notición” y Sainz ha recibido muchos mensajes de felicitación. "Había muchos emotivos y cariñosos, que tocan mucho, sobre todo cuando echas la mirada atrás y ves todo lo que has pasado. Es algo muy bonito de vivir. Lo que más me ha impactado es la reacción de los miembros de McLaren, incluso con los que no tengo tanto contacto, significa mucho para mí”.

Es lógico pensar que todo el país quiera verlo ya vestido de rojo, luchando por lo más alto, sin pensar que aún no se ha disputado una sola carrera del 2020. “Entiendo a la gente que me quiere ver de rojo y luchando por podios y victorias lo antes posible, pero me gusta hacer las cosas bien. Queda un año en McLaren y quiero hacer las cosas mejor si se puede. Les tengo mucho cariño y les estoy muy agradecido, tengo muchas ganas de acabar bien con ellos. Cuando pise Woking, meteré a Ferrari en un cajón y solo pensaré en McLaren, porque se han portado muy bien conmigo, todos me han felicitado y se han alegrado por mí, y eso es algo de lo que no me voy a olvidar y me quiero ir de la mejor forma posible”.

En este sentido, cree que disfrutará las 18 carreras exprés que contempla el calendario entre julio y diciembre con un coche, quizá un poco mejor que el del año pasado. “La base del 2019 es muy buena. Tengo que ir poco a poco puliendo detalles. Me gustaría seguir explotando distintos departamentos de la fábrica para que haya más conexión y unificación para el coche.

Un Mundial al sprint

"Te das cuenta de que eres un piloto de F1 y la gente te quiere escuchar. Así que quieres apoyarte en esos departamentos para mejorar", siguió explicando 'Carletes'. "La semana que viene quiero ir a Woking y meteré en un cajón el fichaje de Ferrari. Todo el mundo en McLaren me ha felicitado. Todos se han alegrado por mí y de eso no me voy a olvidar. Quiero irme como un señor y haciendo las cosas bien. Ese es mi objetivo este año, además con la presión que va a haber encima”.

El Mundial, cuentan, será de 18 carreras en seis meses. “Me apetece. Las primeras tres carreras van a estar bien. Creo que va a estar complicado cumplir ese calendario, vamos a llegar destrozados”. Sainz reconoce que está un “poco harto de estar en casa. Las tres primeras semanas pensé en aprovechar para hacer dieta y deporte, pero han ido pasando las semanas y se está haciendo largo. Quiero irme ya a Londres y empezar a trabajar con mi equipo. No hacemos una carrera desde diciembre, no hemos tenido las sensaciones de luchar en la pista, y eso se va a notar a la hora de volver a correr”, explica, aun que no cree que el parón y la falta de sensaciones provoquen más accidentes: “No debería, somos pilotos de F1 y tenemos talento. El tema físico impactará más, porque estar tantos meses sin subirse al coche es duro. El cuello, el estómago… va a ser bastante impresionante".