Cada año, cuando llega esta época, cuando el campeonato enfila su segunda parte tras el verano, Lewis Hamilton muestra su mejor rendimiento, su lado más caníbal, más ambicioso. Y este ejercicio no es diferente. El hexacampeón se ha puesto manos a la obra para finiquitar su séptimo título, para a extraer el máximo de una situación en la que sus rivales de antaño, los Ferrari, andan sumidos en oscuro pozo y Max Verstappen y Red Bull no le incomodan en exceso. Sólo Valtteri Bottas, su compañero, podría amargarle. Y, por si acaso, lo dejó noqueado con medio segundo de ventaja en la crono. El chico de Stevenage circula a otro nivel y solo la lluvia, de aparecer hoy en Spa, podría complicarle la victoria.

FERRARI SIGUE FRACASANDO

Un año atrás, Charles Leclerc maravillaba con la 'pole' y la victoria sobre este trazado de Spa Francorchamps. De hecho, junto a Sebastian Vettel, dominaron las tres sesiones de libres y la clasificación. Un año después, el batacazo de Ferrari no tiene muchos antecedentes en la F-1. Ninguno de los dos coches pudo pasar a la Q-3. Leclerc fue 13, con un tiempo de 1.49.2 y Vettel finalizó 15, a tres décimas. Tras el acuerdo con la FIA, el motor es menos potente que en 2019, pero el gran error ha sido el diseño del coche, con una carga aerodinámica similar a los equipos de cola. En realidad, solo superaron a los Haas, Williams y Alfa Romeo, los seis coches que no suelen pasar de la Q-1.

Los pilotos de Ferrari aguantan la respiración para pasar Eau Rouge, una curva que el resto de pilotos pasan a fondo gracias a las nuevas dimensiones de ruedas y la altísima carga aerodinámica de los monoplazas actuales. Y lo hacen incluso cargados de combustible. Leclerc lucía el récord del circuito desde el año pasado con 1.43.5. "Es una situación difícil para todo el equipo. No tenemos explicaciones. Será una carrera muy difícil". Ferrari ha ido para atrás, y los dominadores de la F-1 han dado un otro gran salto hacia adelante. Lewis Hamilton, que casi pasó a fondo una curva tan complicada como Puhon, destrozó la marca de Leclerc con un crono de 1.41.2, dos segundos largos más rápido.

Este es el último gran premio en el que Mercedes puede utilizar sus mágicos mapas de motor que le permiten ganar tres o cuatro décimas según los circuitos por vuelta en la clasificación y algunas fases de la carrera. Ya no dispondrán de esa ventaja en la próxima carrera de Monza, pero nadie se cree que dejen de dominar la clasificación y la carrera en Italia y el resto del campeonato. "Ha sido una sesión muy muy limpia, Hemos hecho mucho trabajo en el garaje, mejorando en cada vuelta. No he cometido ningún error en ninguna vuelta. Hemos ido buscando los límites de la pista, incluso en la última curva que había sido una debilidad para mí en los últimos", explicó Hamilton, que estudió el asunto de los rebufos, "pero encontrar el balance del ala delantera no es fácil. Quería tener aire limpio y encontrar mi hueco. Y me ha funcionado perfectamente".

SAINZ, SÉPTIMO

Hamilton se comportó como una auténtica bestia. No dio opciones a nadie y le endosó nada menos que medio segundo a su compañero Bottas, que apenas aventajó en unas milésimas al Red Bull de Max Verstappen, Los dos Renault y el segundo Red Bull de Alexander Albon completaron las seis primeras posiciones, justo antes de la séptima plaza de Carlos Sainz, que por segundo gran premio de consecutivo superó a su compañero Lando Norris. Desde que le han cambiado el chasis, cuando han desparecido los problemas aerodinámicos y de refrigeración, el madrileño puede con su rapidísimo compañero, especialmente brillante a una vuelta. La clave ha sido hacer una buena vuelta en Q1 y poder tener 2 juegos para Q3, explicó el madrileño, quien como Hamilton opina que es que muy difícil encontrar el buen balance