El Ayuntamiento de Benicàssim distribuyó ayer lunes, desde las 8.00 horas, alrededor de 1.200 emplazamientos para cocinar paellas en plena calle el próximo viernes 22, durante la celebración de esta fiesta declarada de interés turístico provincial, en el marco de Sant Antoni. La fiebre por las paellas volvía a palparse en el ambiente desde primera hora de la mañana y en los días previos, incluso por la noche. Cientos de personas aguardaron y esperaron turno a las puertas de los cuatro edificios habilitados para efectuar el reparto: el Espai de la Música Mestre Vila, la Garrofera, el Casal Jove y el centro de formación Josep Barberà i Ceprià.

Fuentes municipales indicaron que se han adjudicado “más o menos los mismos puestos que el año pasado durante la primera jornada”. En el 2015 se repartieron también unos 1.200 en la jornada inicial, agotándose los existentes y teniendo que ampliar la Concejalía de Fiestas el recinto. Fue entonces cuando se optó por incluir más de un centenar de números adicionales, abriendo la calle Los Dolores, desde la plaza hasta el Espai de la Música.

En esta ocasión, el reparto se ha realizado “más rápido y con más celeridad”, en apenas unas horas, dada la diversificación de los interesados en cuatro zonas. Los 1.200 números repartidos no serán necesariamente paellas, pues hay grupos de amigos o vecinos que cogen varios sitios por ser muy numerosos. Aunque sí se espera que sean cerca de un millar de creaciones las que se cocinen el esperado día 22 de enero.

PUESTOS LIBRES

Tras la primera jornada de reparto (este lunes), todavía quedan alrededor de 200 sitios libres, situados en las calles Correos, Trinquet, Santa Águeda y Dolores, según informaron desde el Ayuntamiento. Los números para reservar lugar continúan distribuyéndose a partir de ahora llamando al consistorio o acudiendo al Servicio de Información Ciudadana. De agotarse y haber más demanda, se abrirían más calles, pero por el momento se considera que no será necesario y se contará con suficientes.

Desde el consistorio agradecieron la colaboración de unos 25 vecinos y de la comisión especial de paellas, que de manera voluntaria “se han ido turnando en las cuatro sedes para velar por la cola, evitando que la gente haya tenido que pasar la noche en vela, como ocurría antes”. La calle Santo Tomás, el principio de la avenida Castellón, el entorno de la iglesia y las aceras con sol son las más demandadas.