El boquerón es una especie que habita en el océano Pacífico, en el mar Cantábrico y en el Mediterráneo. En los meses de primavera y también en verano, cuando el sol calienta la superficie de las aguas del mar, ascienden para alimentarse y reproducirse. Es en ese momento cuando ha adquirido más grasa y su carne es mucho más aromática y sabrosa.

Recibe el nombre de engraulis encrasicholus, si bien existen diferentes especies que se clasifican según el lugar de donde provienen. En cada región al boquerón se le conoce por un nombre: aladroc, en nuestras costas; bocarte, en Cantabria cuando es fresco; y cuando está en salazón, anchoa, al igual que en el País Vasco.

Este pescado se puede consumir de muchas formas y en todas ellas conserva su aroma y su sabor propio: en rebozados con aceite de oliva, fritos al ajillo, asados al horno o elaborados simplemente a la plancha.

Nutrición

La grasa que contiene, dado que es rica en omega 3, es además una excelente fuente de proteínas para las personas. Cuando se consume entero y con espinas, en semiconserva (anchoa), se aprovecha el calcio que contienen sus espinas, porque la cantidad que aportan 100 gramos es similar a la de un vaso de leche.

Este producto es muy apreciado para hacer conservas o semiconservas, gracias a su intenso aroma y a la suavidad de su carne, ya que es más grasa y no requiere añadirle nada más. Resultan sabrosos y jugosos en cualquier elaboración culinaria.

Los boquerones que podemos adquirir en los mercados municipales de nuestra ciudad son en su mayoría de la lonja del Grao, muy afamada por la calidad de los pescados azules. Muchos de estos ejemplares son adquiridos por conserveras del norte para elaborar las famosas anchoas.