La caballa es un pescado azul muy valorado, conocido como verdel o sarda en el norte de España. En la zona del Mediterráneo se aprecia por los pescadores, pero ha sido poco cotizado y querido en alta restauración hasta hace muy pocos años, donde ha llegado a las grandes cocinas con mucha fuerza y gran reconocimiento. Su sabor intenso y la textura de su carne permiten infinidad de preparaciones con la misma.

La caballa común tiene una piel de color plateado con varias vetas azules y negras. Puede llegar a medir más de medio metro y pesar tres kilos, aunque lo más frecuente es que esté en torno a 30 centímetros de longitud y unos 300 gramos de peso.

La mejor época para degustar este excelente pescado, sano y nutritivo, es la primavera, que es cuando llegan a la costa para alimentarse y reproducirse. Es un pescado azul debido a su contenido graso, que alcanza 10 gramos de grasa por cada 100 gramos comestibles. La caballa es rica en ácidos grasos omega-3 que contribuyen a disminuir el colesterol y los trigliceridos.

Preparaciones típicas

Gastronómicamente es un pescado muy versátil de potente sabor a mar, admite muchas elaboraciones y las más sencillas y tradicionales son las más apreciadas.

La preparación más típica es escabechada, al horno, guisada, a la plancha o simplemente frita con unos ajos, un verdadero manjar. Resulta exquisita al horno, con un refrito de ajos y guindilla, acompañada de patatas cocidas cachelos. Limpia de espinas, se puede consumir fría o templada en ensalada aliñada de un buen aceite y vinagre. Muy importante que sea muy fresca y, además, se coma cuanto antes.

En conserva, es muy consumida por sus propiedades nutricionales, organolépticas y por su relación calidad-precio.