En Magdalena no se puede salir de casa sin el saquet y la bota. Si hay una fiesta en las que se pasa tiempo en la calle, esa es la Magdalena. Desde primera hora los castelloneros salen de sus domicilios para disfrutar con el ambiente que reina en distintos puntos de la ciudad, así que es imprescindible partir de casa con productos sabrosos que puedan acompañarnos y sirvan para picar a cualquier hora.

Si en la bota se suele incluir moscatel, vino y otros licores, en cuanto al saquet son imprescindibles productos diversos como los cacaos, tramussos y embutidos, que suelen ser longanizas, morcillas o chorizos secos y de pequeño tamaño. Una de las firmas con más tradición en estos sabrosos aperitivos es Embutidos Flor y una de las responsables, Rosa Flor, confirma que “en Magdalena se duplica la producción para abastecer las diferentes tiendas”.

En cuanto a los embutidos que más se dispensan a los clientes, según Rosa destaca “la longaniza de pascua y embutidos pequeños picantes, así como chistorra dulce y picante. Se venden más los secos porque son más prácticos para llevar y consumir”. Confirma la misma fuente que “se venden también para collas muchas piernas de jamón y botes de conserva de frito que llevan longanizas, costillas y lomo en aceite de oliva y se pueden calentar rápido en el microondas o la sartén”. Siguiendo con las carnes, también son muchos los castelloneros que apuestan por callos cocinados, pero en lo que coinciden buena parte de los ciudadanos que disfrutan de la Magdalena es a la hora de acompañar todo tipo de comidas con unos tramussos, cacaos o incluso olivas.

Ya para comer, eso sí, dependiendo de colla o gaiata se pueden encontrar con la paella, fideuá, arroz al horno, carne o embutidos a la brasa. Para los almuerzos o desayunos de cuchillo y tenedor es también muy típico la sardina de bota con pimientos y huevos fritos acompañado de all i oli, jamón, queso, así como salazones, bacalao, mojama o capellanes con tomata de penjar y olivas. Quasi res porta el diari!