Uno de los trucos más eficientes para enfriar una botella o una lata de bebida en pocos minutos se consigue con hielo y sal. Así, poner en un recipiente unos cubitos de hielo, agua y sal en una proporción que suele ser de una parte de sal por tres de hielo, se mezcla y se introduce la botella. De este modo se produce una reacción endotérmica, ya que la sal necesita calor para disolverse en el agua y la toma de la botella. Así se invierten las temperaturas, la botella se enfría (y también su contenido) y el agua sube de temperatura.