El pan se pone duro con el paso de los días, pero una forma de recuperarlo es con el siguiente truco. Lo primero es llenar una jarra de agua y mojar con ella la barra, tanto por encima como por debajo. Sin embargo, no hay que empaparlo del todo, así que muchísimo cuidado con ponerlo en el grifo, tan solo se necesita humedecerlo un poco por los dos lados. Después solo tendremos que introducir la barra mojada en el horno de casa, calentado a 230 grados, durante unos cinco minutos aproximadamente. Saldrá crujiente y sabroso.