Encontrar el punto de sal adecuado es complicado en ocasiones y, una vez añadido este condimento, si es excesivo puede echar a perder cualquier receta. Si un guiso queda demasiado salado existe un sencillo truco para rectificarlo y rebajar la sal. Así, durante la preparación, se pueden añadir dos o tres rodajas de patata cruda, de unos dos centímetros de grosor. Se cuecen durante 30 minutos a fuego suave. A continuación se retiran las patatas que se han añadido a la receta del guiso y estas habrán absorbido la sal.