Las setas naturales se pueden congelar, pero con ciertas precauciones. Para llevar a cabo esta conservación no hay que lavarlas, pues las setas no deben estar demasiado húmedas. La mejor manera de congelar setas es hacerlo enteras, sin cortar ni laminar, en bolsitas que cierren herméticamente. Las setas deben tener espacio, por lo que las bolsas no deben estar muy llenas. Para que conserven todo su aroma, sabor y textura natural, deben congelarse a -20°. Aguantarán sin perder sus propiedades entre 6 y 9 meses.