El próximo miércoles, 1 de noviembre, será la festividad de Todos los Santos, una jornada para recordar a los familiares. Esta celebración tan arraigada en el país ha sido desplazada por la pagana fiesta de Halloween. Eso sí, los productos y preparaciones especiales para esta fecha tan señalada no han caído en el olvido.

Mirando los escaparates de las pastelerías y panaderías de la ciudad se podrán ver muchos de ellos. Típicos dulces que ayudarán a que esta fecha sea menos amarga. Son postres y dulces muy calóricos que se preparan para combatir el frío que habitualmente hacia, aunque el cambio climático de estos últimos años ha permitido que se aligeren en su preparación.

Los huesos de santos son los dulces que más protagonismo tiene en este día. Elaborados artesanalmente con masa de mazapán (pasta de almendra), están cubiertos de almíbar y tienen distintos rellenos. El nombre de este dulce proviene de su forma de huesos.

También son destacables los panellets, típicos de la Comunitat Valenciana, Cataluña y Baleares. Se elaboran con una masa dulce hecha con azúcar, almendra cruda molida, huevo y ralladura de limón, para que tenga una textura más esponjosa. Por el exterior se recubren con clara de huevo, que hace de adherente para colocar una capa de piñones. Todo ello se hornea y se deja enfriar.

Y se pueden olvidar los buñuelos de viento, que se elaboran con harina de trigo, mantequilla o manteca y huevos. La masa, normalmente, es redonda y al freír suele doblar su volumen, de ahí su nombre. Se pueden rellenar de crema, chocolate o trufa y después se rebozan con azúcar. Son más ligeros que el resto de dulcería contemporánea.

El membrillo, con el que se elabora el codonyat, y las castañas asadas son también algunos clásicos durante esta época.