En el ciclo de catas-cenas que organiza el restaurante Instinto Carnívoro presentó recientemente a Valduero, una bodega familiar que fue pionera en la DO Ribera del Duero. Su creador fue Gregorio García Alvarez, en 1984 en Guimiel de Mercado, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos. Yolanda García, hija del fundador, copropietaria, ingeniera agrónoma y enóloga, fue la encargada de presentar la bodega y dirigir la cata.

Yolanda explicó la filosofía de la casa, teniendo siempre muy claro que los vinos debían ser excelentes en todos los sentidos, para satisfacer y hacer disfrutar al consumidor. Por ello se envejecen y mantienen los vinos en la bodega, hasta que estos alcanzan la redondez y una gran armonía siempre basada en la potencia. Por este motivo, Valduero se ha concentrado en la elaboración de vinos de Crianza, Reserva y Gran Reserva.

Los asistentes a la velada degustaron cinco vinos.

El primero de la noche fue el benjamín de la casa, el Valduero crianza 2016. Presentaba un color granate intenso, vivo, con una capa alta. Aromas frutales, balsámicos, con notas especiadas, comino, clavo y nuez moscada. En el paladar se muestra una presencia amable, estructurada y con nervio. Un vino que mejorara con el paso del tiempo.

El segundo fue Valduero una cepa 2014, uno de los premium de esta bodega. A la vista se muestra un

rojo picota de capa muy alta un vino con una nariz compleja y una intensidad extraordinaria, aromas a frutas rojas maduras, cueros, tostados, vainilla, la madera está muy bien ensamblada. en boca es un

vino bien estructurado y equilibrado, la integración alcohol y acidez es excelente y se aprecia un retrogusto diferente a los clásico de esta bodega.

El tercero, Valduero reserva 2010, elaborado con la variedad tinto fino, tiene una crianza de 30 meses en barrica, seguida de una estabilización en botella de 18 meses. Sus aromas recuerdan al café, al tabaco y a la madera. En boca se muestra contundente, carnoso, ofreciéndonos serios y rotundos taninos, fiel reflejo del terruño.

El cuarto fue Valduero 6 años, vino de la línea premium, un hijo predilecto de la bodega. Un vino de alta capa. De color granate intenso, con marcados aromas de toffee y recuerdos de madera de cedro. Complejo en boca, es un vino completo. Amplio, carnoso y envolvente. Que se abre en boca con un retrogusto muy persistente.

El quinto, Valduero gran reserva 2009, este vino sólo se elabora en añadas excepcionales y con muy limitada producción que nunca supera las 10.000 botellas. Sorprendente profusión de aromas y sabores por su minuciosa selección de la uva, procedente viñas viejas con más de 70 años. Una crianza de 48 meses en barricas de roble de 6 orígenes. Imponente rojo granate, su aroma nos obsequia con ahumados, pan de higos, toffee y cuero. En boca es intenso y se expande a medida que se cata. Taninos vivos a pesar de la edad, retrogusto intenso y persistente.

Durante la cata se acompañaron los vinos con un surtido de quesos internacionales, y croquetas del

puchero, steak tartar de retinta con aceite de sus tuétanos, carpaccio de tira de asado criollo y terrina de ibérica con pistachos. En la mesa, Juan Traver, el gurú, ofreció una serie de preparaciones muy singulares. Empezó con una interpretación personal del hervido valenciano, un plato que preparaba el paladar para el festín cárnico que estaba por llegar. Entre las elaboraciones, destacó foie curado con reducción de Valduero una cepa. Por último, y antes del postre, llegó el excelente lomo alto de Wagyu flameado con Jack Daniels. El final corrió a cargo de Adriana Albero, la chef de postres de Instinto Carnívoro, que deleitó a los presentes con una manzana en texturas.