Cal Paradís (Vall d’Alba) nació en 2004, aunque sus orígenes se remontan a 1973, cuando los padres de Miguel Barrera construyeron el bar. Con el cambio de concepto en la cocina, Barera y su mujer, Ángela, iniciaron un proyecto que no ha parado de acumular éxitos, entre los que destaca la estrella Michelin de 2014.

--¿Cuál es el secreto de la cocina que se elabora en Cal Paradís?

--Es una cocina muy personal. Ha habido una evolución debido a las influencias de cada momento, pues ahora los referentes son chefs de dos o tres estrellas Michelin. Soy mucho de la cocina de la terreta, es donde me siento más cómodo y, a partir de ahí, elaboramos platos con tradición, una técnica depurada y mucho sabor.

--¿Qué tiene que tener el plato perfecto para Miguel Barrera?

--La perfección en muy complicada. Pero un plato perfecto tendría que tener, en primer lugar, un producto top y, después, hay que trabajarlo y tratarlo muy bien, siempre en su justa medida. A ello hay que sumar una estética visual atractiva. En Cal Paradís intentamos llevar a cabo todas estas premisas, pero siempre dándole la máxima prioridad al sabor y al gusto.

--En nuestra provincia tenemos productos de primer nivel como la trufa del Maestrat o la ‘tomata de penjar’. ¿Qué alimento no falta en Cal Paradís?

--En mi cocina lo que nunca falta son las verduras de las huertas de Castellón. La verdura de temporada es clave, siempre intentamos tener lo mejor de la huerta provincial en cada momento de su máximo esplendor.

--¿Qué significa cocinar y qué plato de su infancia le gustaría reinventar?

--Cocinar es vivir. Si una persona quiere conocerme, solo puede hacerlo a través de la cocina. No sé expresarme de otra manera. Y sí que es verdad que en mis platos se refleja mi personalidad, mi carácter, mi historia... Sobre mi plato preferido en la infancia, es muy complicado de responder porque he pasado mucho tiempo repasando recetas antiguas. Reconozco que, por ejemplo, las tallaetes es un plato muy tradicional de la zona que comía la gente cuando iba al campo. A partir de esa base, lo he llevado a la cocina de autor elaborando unas tallaetes con anguila fumà.

--Los programas de televisión son muy asiduos en la parrilla. Además, hace poco pudimos verle en ‘Cuineres i Cuiners’, junto a Ricard Camarena. ¿Qué tal la experiencia?

--Fue todo fenómenal. Ricard es un gran amigo mío y me sentí muy a gusto al explicar mi historia. Los medios de comunicación son muy buenos para nosotros porque llegamos a mucha gente. Estoy muy agradecido. Asimismo, los programas de la tele me parecen una excelente idea. Reivindican el papel de los cocineros.

--Últimamente ha sido protagonista en cursos, ‘showcookings’ e incluso en concursos como Arrocito de Castellón. ¿Qué supone para usted?

--Es una responsabilidad, porque cuando la gente te conoce más y tienes más repercusión, nosotros debemos participar en todo lo que rodea al mundo de la gastronomía.

--¿Se come bien en Castellón?

--Sí, sin duda. Se come bien porque hay buen producto. Es verdad que hay muchas clases de restaurantes buenos, pero eso es muy enriquecedor. Desde el interior a la costa, castellonenses y visitantes pueden tener una experiencia gastronómica de 10. Ahora es un buen momento para la cocina de Castellón.

--¿En qué próximos proyectos podremos ver a Miguel Barrera ?

--Estamos preparando la apertura de un nuevo restaurante en València, en la calle Colón, acompañados del Grupo NH. Haremos una propuesta parecida a lo que hoy es Cal Paradís.