La lecha o pez limón es un pescado muy popular entre los pescadores deportivos y profesionales. Carece de escamas y tiene pocas espinas. Su carne es muy blanca y tiene un sabor exquisito que recuerda a la corvina.

Se pueden encontrar lechas de muchos tamaños, dependiendo de su edad y el desarrollo de su cuerpo, así como de las condiciones de las aguas en las que habita. En los mercados municipales es posible adquirir ejemplares de 25 cm., con unos 300 gramos de peso; de 50 cm. y 2 kilos y, excepcionalmente, lechas que superan los 150 cm. y los 60 kilos.

Habita en zonas rocosas o arenosas cercanas a la costa, en aguas templadas del Atlántico, Índico, Pacífico y Mediterráneo. Es un gran depredador que se alimenta de sepias, calamares, pequeñas bogas, jureles, etc.

Es un pescado muy versátil en la cocina, ya que con él se pueden elaborar diferentes recetas, dependiendo de su tamaño. Los ejemplares pequeños resultan sabrosos fritos o rebozados. De los medianos se pueden separar los lomos o abrirlos por la mitad, y son ideales para cocinar a la plancha, al horno --con un sofrito de ajos y pimentón--, a la espalda o a la parrilla. Las piezas más grandes --en rodajas-- son muy buenas para hacer guisos marineros. En cualquiera de estas elaboraciones resulta un pescado sabroso que apenas necesita condimentos.

Cocina japonesa

Esta especie es muy utilizada en la cocina japonesa para elaborar el sushi, ya que sus músculos abdominales son ricos en grasa.

Cuando se adquiere una lecha fresca debe tener un aspecto brillante, con ojos acuosos, sin sequedad, textura firme y aromas suaves. Es conveniente limpiarlo concienzudamente. La mejor época para degustarla es desde agosto a octubre, aunque se pueden comprar todo el año.