Es sorprendente la vida del pulpo, molusco de la familia de los cefalópodos, que posee la capacidad de memorizar y aprender. Se mimetiza para protegerse de sus muchos depredadores. Estas cualidades le hace ser uno de los animales más fuertes de las profundidades marinas.

Esta excelencia del mar se puede adquirir durante todo el año en los mercados municipales de Castellón: fresco, congelado o en conserva. Si se quiere saborear el pulpo en su mejor época, hay que comprarlo fresco en los meses de calor, cuando está en sazón, más coloreado, y enrojece más el agua. En ese punto, el aroma es más intenso y sus ventosas y su piel están más gelatinosas. Lo ideal es congelarlo antes de consumir para que esté más tierno. Con este tratamiento romperá la fibra y se evitará mazarlo.

El pulpo es un alimento común y sencillo, que está presente en las cartas de los mejores restaurantes tanto clásicos como vanguardistas o en las tradicionales pulperías, tabernas, ferias y romerías, sobre todo, de Galicia, donde no se concibe fiesta alguna o ágape sin pulpo a feira.

Variedad en la cocina

Este alimento que el mar daba en abundancia, ya no lo es tanto. En los últimos tiempos se está convirtiendo, por su escasez, en producto de lujo. Se puede cocinar de muchas formas y se degusta en platos fríos y calientes, ensaladas, cocido, a la parrilla, guisado. Su acompañante ideal es la patata. El abanico de posibilidades es muy grande lo que lo convierte en uno de los preferidos a la hora de elegir en el mercado.

El pulpo a feira o a la gallega es la preparación más popular. Esta es la mejor forma de degustar la carne suave, firme y sutilmente dulce, espolvoreado con sal semigruesa, pimentón dulce, picante y rociado generosamente con aceite de oliva.