La llegada de los Reyes Magos de Oriente supone un nuevo motivo para celebrar reuniones entre amigos y familiares en torno a la mesa. En este caso, el protagonista de la jornada será el popular Roscón de Reyes, un dulce imprescindible e ilusionante con variedades para todos los gustos.

El Roscón de Reyes es un bollo elaborado con una masa dulce con forma de anillo adornado con rodajas de fruta escarchada o confitada de colores variados. Se introducen en su interior una sorpresa que descubren los comensales al comer y el haba, que a quien le toca debe pagar el roscón. Puede estar relleno de nata, cabello de ángel, mazapán e incluso chocolate.

Como todo postre este también tiene su historia, y hay que remontarse hasta la época de los romanos para descubrir sus orígenes. En aquellos tiempos se celebraban los Saturnales, unos festejos que celebraban la llegada de los días más largos y con ellos la victoria del Sol frente a la oscuridad.

Uno de los regalos que se hacía en los Saturnales era una torta redonda adornada con higos, dátiles y miel y en ellas se escondía un haba. El que la hallase sería coronado como el rey de la fiesta y durante esa jornada recibiría todos los honores.

Poco más se sabe de esta tradición hasta el siglo XII. En unos documentos de Navarra se habla de la fiesta del 'Rey de la Faba', en las que el niño que hallase un haba en un roscón sería coronado rey. Esta tradición ha pervivido hasta nuestros días, hasta llegar al roscón moderno que hoy todos conocemos.