Las setas, aunque se pueden disfrutar durante todo el año, muestran todo su esplendor en otoño, estación por excelencia para esta exquisitez que nos regala la naturaleza si la climatología es benigna. No obstante, este año, si el tiempo no cambia, no será una buena temporada, debido a la ausencia de lluvias y el intenso calor.

Los bosques de la provincia son un paraíso para micólogos y aficionados. Además, hay grandes expertos como José Antonio Galiana Torres, vicepresidente de Asmicas (Asociación Mitológica de Castellón). Galiana asegura que «cada año son más quienes acuden al encuentro con la emoción de buscar un rincón de sabrosos robellones, exquisitos boletus o cantharellus. Es maravillosa la sensación de plenitud que acompaña la paciente búsqueda de los preciados hongos». «Son muchos los atractivos juntos: la incertidumbre del cesto vacío, el silencio de los bosques, el interminable aprendizaje de ir incorporando cada año nuevas especies, el gran madrugón, la caminata y el evitar ser visto por los contendientes, el poder presumir en casa o con los amigos de una gran botín micológico, y celebrar una cena o comida en torno a unos suculentos platos elaborados con estas joyas del bosque otoñal», relata.

Calidad // Las setas comestibles pueden ser excelentes, buenas o mediocres y también pueden ser tóxicas, venenosas y mortales. La Asociación Micológica de Castellón tiene a disposición de los socios y todos los castellonenses el servicio gratuito de identificación de setas en el edificio la Marina del Grao, todos los lunes --excepto festivos-- del 1 de septiembre hasta el 31 de julio.

Finalmente, para aquellas personas que no pueden o no quieren acercarse a buscar setas, los mercados municipales son la opción perfecta para adquirirlas.